
En cuestión de días, Inexplicable se ha convertido en la película más vista de Netflix en Colombia. Y no es para menos. La producción brasileña dirigida por Fabrício Bittar ha tocado fibras profundas en el público gracias a su poderosa historia basada en hechos reales. Detrás de cada escena emotiva hay un nombre que resume toda la esencia del filme: Gabriel Varandas.
En la cinta, el personaje de Gabriel, un niño apasionado por el fútbol y con una sonrisa que desarma, es interpretado por el joven actor Miguel Venerabile. Pero la historia que vemos en pantalla no es fruto de la ficción. Está inspirada en la vida real de Gabriel, un niño que, a los 8 años, enfrentó uno de los retos más difíciles que puede experimentar un ser humano: sobrevivir a una enfermedad cerebral devastadora.

Corría el año 2013 cuando Gabriel, hincha fervoroso del Fluminense y amante de los balones y los goles, fue diagnosticado con un tumor cerebral. La situación ya era complicada de por sí, pero empeoró tras una cirugía: una meningitis bacteriana lo dejó en estado crítico. Fue entonces cuando apareció una figura clave en su historia: el médico Christian Diniz, quien decidió apostar por un tratamiento con albúmina que, aunque experimental en ese contexto, resultó crucial para su recuperación.

Esta historia, que fue recogida por el periodista Phelipe Caldas en el libro El niño que quería jugar al fútbol, es la columna vertebral de la película. El texto no solo documenta el proceso clínico y familiar, sino que también subraya la importancia de la fe, la ciencia y el amor incondicional. Fue justamente este triángulo de fuerza el que permitió que Gabriel, contra todo pronóstico, saliera adelante.
Hoy, más de una década después, Gabriel Varandas tiene 19 años y vive su vida sin secuelas de la enfermedad. Lejos de aferrarse al pasado, decidió mirar hacia el futuro con una claridad poco común. Estudia Administración de Empresas y ya lidera una startup enfocada en conectar a psicólogos con pacientes, un proyecto que habla de su empatía, su madurez y, sobre todo, de una voluntad inquebrantable por aportar al mundo.

La familia de Gabriel ha reconocido públicamente lo difícil que fue revivir cada episodio de esa etapa con el estreno de Inexplicable, pero también aseguran que lo asumen como una misión de vida: contar su historia para que otros no pierdan la esperanza.
La película también retrata momentos profundamente humanos que ocurrieron en la vida real, como la visita del futbolista Fred, ídolo del niño, quien se convirtió en un símbolo de apoyo emocional en medio del caos. Esa escena —replicada casi con exactitud en la pantalla— es una de las más comentadas por los espectadores en redes sociales.

Lo que Inexplicable pone frente a nuestros ojos no es solo una historia de superación médica. Es una película que recuerda el inmenso poder que tienen los vínculos humanos, el valor de la ciencia y la necesidad de creer incluso cuando todo parece perdido. Y quizás por eso se ha convertido en un fenómeno en Colombia: porque nos recuerda que lo extraordinario puede surgir de lo más cotidiano.
En un panorama de ficciones distópicas, thrillers veloces y comedias ligeras, Inexplicable ofrece algo más escaso pero igualmente poderoso: una historia profundamente humana, con nombre propio. Y ese nombre es Gabriel Varandas.