
Entre tantas opciones para ver en streaming durante Semana Santa, pocas series logran captar con tanta inteligencia el alma humana como Envidiosa, una producción argentina que llegó a Netflix en 2025 y no ha dejado de generar conversación desde su estreno. Protagonizada por la brillante Griselda Siciliani y creada por el reconocido guionista Sebastián Ortega, esta comedia dramática —a veces incómoda, a veces hilarante— pone en primer plano un sentimiento tan universal como silenciado: la envidia.
Envidiosa no se anda con rodeos. Desde el primer episodio, nos presenta a Clara (Siciliani), una mujer de mediana edad que parece tenerlo todo: trabajo estable, pareja atractiva, amigas fieles y una vida más o menos en orden. Pero basta con rascar la superficie para que la serie nos muestre que todo ese equilibrio está construido sobre comparaciones, inseguridades y un deseo inconfesable de tener lo que tienen los demás. Y no solo eso: de tenerlo mejor.

Lo que convierte a Envidiosa en la serie perfecta para esta época del año no es solo su tono ácido y su ritmo narrativo ágil, sino también el hecho de que invita —sin empujar— a una cierta introspección. Semana Santa, más allá del sentido religioso, suele ser un momento de pausa, de revisión interna. Y Envidiosa, con sus personajes llenos de contradicciones, sus diálogos filosos y su sutil crítica social, ofrece una oportunidad inmejorable para reflexionar entre risas sobre lo que muchas veces no queremos admitir: que la envidia no es solo cosa de otros.

Además de Siciliani, el elenco incluye actuaciones memorables de Julieta Zylberberg, Diego Cremonesi y Violeta Urtizberea, entre otros. La química entre los personajes es innegable, y la dirección mantiene un equilibrio fino entre el absurdo y la ternura, lo que permite que el espectador se sienta identificado incluso cuando lo que está viendo es abiertamente ridículo o exagerado.
La serie también acierta al retratar con crudeza —aunque siempre desde el humor— cómo se manifiesta la envidia en distintos contextos: en el trabajo, entre amigas, en la familia, en las redes sociales. Y lo hace sin moralina ni discursos forzados. En cambio, lo que ofrece es un espejo (a veces incómodo) en el que cualquiera puede verse reflejado.

Con apenas ocho episodios de media hora, Envidiosa es ideal para ver de un tirón. Tiene la ligereza de una buena comedia, pero también la profundidad de aquellas ficciones que se animan a hablar de lo que no se dice. Y en ese sentido, se suma con éxito al nuevo auge de las series argentinas en plataformas globales, demostrando que el humor local puede tener resonancia internacional cuando toca temas universales.
Si estás buscando una serie que te entretenga, te haga pensar y te regale más de una carcajada entre reflexión y reflexión, no busques más. Envidiosa es, sin lugar a dudas, la mejor elección para maratonear esta Semana Santa. Y sí, es probable que, después de verla, empieces a mirar con otros ojos tus propias emociones… o las de quienes te rodean.