Esta es la película que Christopher Nolan no quiere que veas: Está secuestrada hace casi 30 años
Santiago Díaz Benavides
Desde 'Forrest Gump' hasta 'Interestelar', pasando por 'Guerra Mundial Z' y 'Naruto', puedo pasar horas hablando sobre mis producciones favoritas. Si me preguntas qué es lo que más me gusta del cine te diré que es mucho mejor que la vida.

La firmó el director de 'Oppenheimer' mucho antes de hacerse famoso. Fue su primer cortometraje importante, pero él mismo lo enterró. Nadie tiene permiso para difundirlo, y eso solo ha hecho crecer el misterio.

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Por más que los cinéfilos del mundo se esfuercen en reconstruir hasta el último plano del cine de Christopher Nolan, hay una pieza que falta. No es una historia menor ni una simple curiosidad de juventud: Larceny, el cortometraje que el británico rodó en 1996, ha estado literalmente secuestrado desde su presentación en el Cambridge Film Festival ese mismo año. Con menos de diez minutos de duración, y financiado con sus propios recursos, Nolan tomó una decisión radical tras su estreno: lo ocultó del mundo.

A diferencia de Doodlebug —otro corto de la época, fácilmente accesible y considerado por muchos como el primer destello claro de su genio—, Larceny es una especie de fantasma. Ni siquiera los involucrados en su producción han querido hablar con claridad sobre él. Jeremy Theobald, actor que más tarde protagonizaría Following, lo resumió de forma enigmática: “No puedo hablar sobre su contenido”. A su vez, el productor Ivan Cornell fue aún más tajante: “Como no es de dominio público, no voy a revelar de qué se trata”.

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¿Por qué alguien como Nolan —que ha hecho de la obsesión por el control creativo una insignia de su cine— decidió enterrar su propio debut? Nadie lo sabe con certeza, pero existen algunas teorías. La más plausible la ofrece Theobald en el libro Christopher Nolan: A Critical Study of the Films, donde sugiere que Nolan consideró que Larceny era demasiado parecida a Following y temía que se la viera solo como un ensayo previo. “Tiene un gran giro al final”, promete Theobald, manteniendo el misterio intacto.

Rodado en blanco y negro durante un fin de semana, con medios limitados y un equipo reducido de amigos de la University College London, Larceny fue, en palabras del propio Nolan, un "campo de pruebas" para experimentar técnicas narrativas. Aunque se desconoce su argumento completo, se sabe que gira en torno a un ladrón interrumpido por el dueño de la casa que intenta robar, y que, al estilo Nolan, habría un twist inesperado.

Escena de 'Following'. Google
Escena de 'Following'.

Pero si todo esto suena intrigante, lo que lo hace aún más legendario es su inaccesibilidad. No existe una copia en los archivos del festival que lo exhibió. Su compositor, David Julyan, admitió en su momento poseer una copia en VHS, pero se negó rotundamente a compartirla. La razón, según algunos allegados, es simple: Nolan no lo permite.

En una industria donde los directores suelen luchar por que su obra perdida vea la luz, Nolan parece ir a contracorriente. Su negativa ha convertido Larceny en una especie de Santo Grial del cine moderno. Es la única película de su autoría que nunca ha circulado, ni siquiera en foros oscuros de internet. Su hermetismo en torno al proyecto se alinea con su conocida aversión a los formatos digitales, su predilección por el celuloide y su exigencia de proyectar sus filmes en condiciones específicas, como ocurrió con Oppenheimer y sus limitadas copias en IMAX 70mm.

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Mientras el director rueda actualmente La Odisea, su decimotercer largometraje, el mito de Larceny sigue creciendo. En una época en la que todo está al alcance de un clic, su ausencia no solo desconcierta: fascina. ¿Qué hay en esos escasos minutos que Nolan no quiere mostrar? ¿Un error de juventud? ¿Una joya inacabada? ¿O simplemente algo que prefiere olvidar?

Por ahora, y quizá para siempre, Larceny seguirá siendo la película de Christopher Nolan que él mismo no quiere que veas.

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