
Clint Eastwood es sinónimo de cine. Desde los días de spaghetti westerns de Sergio Leone, hasta sus más recientes dramas como director, su figura ha atravesado décadas de la historia de Hollywood. Sin embargo, hubo un largo periodo en el que decidió mantenerse completamente alejado de la ceremonia más importante de la industria: los premios Oscar. ¿La razón? Una combinación de decepción, desinterés y una anécdota bastante peculiar que lo llevó a decir, literalmente, “No me vuelvan a invitar”.
El inicio del desencanto

Corría el año 1973 cuando Clint Eastwood fue invitado a los Oscar, no como nominado, sino como presentador de la categoría a Mejor película. La historia detrás de esa invitación tiene su punto curioso: el actor Charlton Heston, originalmente elegido para esa tarea, quedó atrapado en el tráfico. En medio del apuro, alguien pensó en Eastwood como reemplazo de emergencia.
Fue entonces cuando recibió el guion que debía leer en el escenario. El texto era una parodia de Los diez mandamientos (un guiño directo al personaje que Heston interpretó en esa cinta), pero adaptado al mundo del cine. Las líneas, según Eastwood, eran poco inspiradas. “Era un mal material, incluso para Moisés”, dijo años después. En lugar de seguir el libreto, improvisó su propio discurso. Y al terminar la ceremonia, fue tajante con los organizadores: “Esto es un chiste. No me vuelvan a invitar”.
Dos décadas de silencio

Durante los siguientes 20 años, Clint Eastwood no volvió a pisar el Teatro Dolby (o sus versiones anteriores). Y lo cierto es que, en ese tiempo, la Academia tampoco pareció tener mucho interés en él. Solo dos de sus películas fueron consideradas para alguna categoría: El texano (1976), que recibió una nominación a Mejor banda sonora, y Bird (1988), que ganó un Oscar al Mejor sonido.
Este distanciamiento no fue resultado de un veto, como el que vivió Richard Gere por sus comentarios políticos, sino una decisión voluntaria. Eastwood sentía que la Academia no valoraba su trabajo y prefirió mantenerse al margen.
El regreso con 'Sin perdón'

Todo cambió en 1993. Con Sin perdón (Unforgiven), su western crepuscular. La cinta ganó cuatro premios Oscar, incluyendo Mejor película y Mejor dirección. Fue también la única vez que Eastwood fue nominado como actor principal, aunque perdió frente a Al Pacino por Perfume de mujer.
A partir de entonces, Eastwood recuperó su relación con los premios. Más aún, en 2005 volvió a triunfar con Million Dollar Baby, repitiendo el combo de Mejor película y Mejor dirección.

Hoy, con más de 90 años y una carrera que ha abarcado siete décadas, Eastwood es una de las figuras más respetadas del cine. Pero su historia con los Oscar es una muestra de que incluso en Hollywood, el reconocimiento no siempre llega de inmediato. A veces hay que esperar, insistir, o simplemente apartarse hasta que el momento correcto llegue.