
Mucho antes de convertirse en el temido y carismático Capitán Patria de The Boys, el actor neozelandés Antony Starr intentó dar un salto gigantesco en su carrera: encarnar al agente secreto más famoso del mundo. Corría el año 2005 y la franquicia de James Bond buscaba un nuevo rostro tras la era de Pierce Brosnan. Starr, entonces un actor poco conocido fuera de Nueva Zelanda, audicionó para el papel… con resultados que él mismo califica como desastrosos.
En una reciente entrevista para el pódcast Happy Sad Confused, Starr confesó que su prueba para convertirse en 007 fue todo menos memorable. "Fue como lanzar un anzuelo sin carnada a un lago enorme. Sabía que no iba a pescar nada", bromeó el actor. En aquel momento, la producción ya consideraba seriamente a Daniel Craig como el nuevo Bond, y Starr apenas era uno de los tantos aspirantes perdidos en el radar global del casting.

El actor recuerda que su audición fue “muy mala”, pero no por falta de ganas, sino porque, según él, reflejaba su estado como actor en ese punto de su carrera. “Fue un poco surrealista. Simplemente entré, hice la lectura y ya. No fue buena. Pero es parte del camino”, comentó con humildad.
Lejos de guardar rencor o arrepentimiento, Starr reconoce que no haber sido elegido fue probablemente lo mejor. “Todos empezamos en algún lugar, y esa fue probablemente una de las peores interpretaciones de James Bond que alguien haya visto”, dijo entre risas.

Cuando se le preguntó si intentaría de nuevo asumir un rol tan físico como el de Bond, Starr fue tajante: “Después de trabajar en Banshee, aprendí lo que implican esas escenas de acción. Sé lo duro que es. Ese tipo de papeles son para alguien más joven”.
Hoy, con su nombre consolidado gracias a The Boys, Antony Starr demuestra que no se necesita portar un esmoquin ni una pistola con silenciador para convertirse en una estrella global. Y aunque su versión de 007 nunca llegó a la pantalla, su carrera tomó un rumbo aún más audaz… y sangriento.