
Todos hemos tomado decisiones de las que nos arrepentimos, pero pocas cuestan 290 millones de dólares. Eso fue exactamente lo que Matt Damon dejó pasar cuando rechazó el papel protagónico en Avatar, la épica de ciencia ficción dirigida por James Cameron que terminaría convirtiéndose en la película más taquillera de la historia del cine. En una entrevista de 2023 con CNN, el actor lo resumió con una risa irónica: “Estoy seguro de que ningún actor ha dicho que no a tanto dinero”.
Damon, conocido por su trabajo en El caso Bourne, Interestelar, Oppenheimer y Los infiltrados, fue la primera opción de Cameron para dar vida a Jake Sully, el personaje que terminaría interpretando Sam Worthington. La propuesta era más que tentadora: además de protagonizar el filme, Damon habría recibido el 10% de las ganancias en taquilla. Traducido a cifras concretas, estamos hablando de aproximadamente 290 millones de dólares (más de 1,3 billones de pesos colombianos), una cantidad capaz de transformar la vida de cualquiera.

Sin embargo, la razón de su negativa no fue el desinterés. Damon se encontraba en pleno rodaje de la saga de Bourne y sentía que abandonar el proyecto a la mitad traicionaría a su equipo. “Quería desesperadamente trabajar con Cameron. Él hace pocas películas. Pero no podía dejar tirados a mis compañeros”, explicó el actor.
La anécdota ha sido motivo de bromas incluso entre sus colegas. Durante una conversación con John Krasinski mientras escribían el guion de Tierra prometida, Damon recordó el episodio. “Nada en tu vida sería diferente si hubieras aceptado ese papel… salvo que estaríamos teniendo esta conversación en el espacio”, le respondió Krasinski, entre risas.

Aunque Matt Damon ha construido una carrera sólida y respetada, el caso de Avatar es un recordatorio de que incluso los actores más exitosos pueden tener arrepentimientos. Y no solo por el dinero. También por la oportunidad perdida de colaborar con un director legendario en un proyecto que hizo historia en la industria.
La historia no solo humaniza a Damon, sino que revela las tensiones éticas y profesionales que muchas veces se ocultan tras las decisiones millonarias de Hollywood. Porque a veces, el precio de la lealtad también se mide en cifras astronómicas.