
A casi tres décadas del estreno de Titanic, el clásico de James Cameron que redefinió el cine comercial y encumbró a Leonardo DiCaprio al estrellato, otra historia paralela sigue generando eco en Hollywood: la del actor que pudo haberlo sido todo, pero no lo fue. Ethan Hawke, reconocido por su papel en Antes del amanecer y Training Day, confesó recientemente que aún se pregunta cómo habría sido su vida si hubiera conseguido el papel que catapultó a DiCaprio.
En una entrevista con The Telegraph, Hawke reveló que llegó a audicionar para interpretar a Jack Dawson, el joven artista que enamora a Rose en el trasatlántico más famoso del cine. Aunque la decisión final recayó rápidamente en DiCaprio —favorito de Cameron desde el inicio—, la audición dejó una marca imborrable en Hawke. Años después, cuando Titanic ya había roto récords y ganado once premios Oscar, se encontró con DiCaprio en un bar y vivió una escena que aún recuerda con una mezcla de admiración y resignación.

“Era como ver a un Beatle”, dijo Hawke sobre aquel encuentro. “Todas las chicas querían acostarse con él y todos los chicos querían pelear con él. Pensé: ‘Vaya, qué bueno que no conseguí ese papel’. Pero en el fondo, no podía evitar pensar: ‘Si lo hubiera conseguido, tal vez habría vivido la vida que siempre quise. Tal vez no me habría preocupado nunca más por mi carrera. ¡Maldito DiCaprio!’”
Aunque la frase se lanza con humor, no deja de esconder una verdad incómoda: incluso actores consagrados como Hawke experimentan la nostalgia de lo que pudo ser. A pesar de contar con una filmografía respetada y aclamada por la crítica, el actor no ha alcanzado el estatus de superestrella global que ostenta DiCaprio.

Curiosamente, Titanic no fue la única gran producción de los años 90 que Hawke dejó pasar. Él mismo ha reconocido que se arrepiente de haber rechazado otros papeles en taquillazos legendarios. Sin embargo, ha logrado construir una carrera coherente, rica en matices, con personajes introspectivos y complejos.
Hoy, el “¿qué hubiera pasado si…?” sigue flotando en la memoria de Ethan Hawke. Pero también es testimonio del azar y las decisiones que definen el rumbo de una carrera artística. Una audición, un director, y sí, también un maldito DiCaprio.