
Desde su estreno, Pablo Escobar: El Patrón del Mal, protagonizada por Andrés Parra, se convirtió en una de las series más impactantes sobre el narcotraficante colombiano. Con un enfoque detallado en la vida y crímenes del capo, la producción logró sumergir al espectador en la brutal realidad del Cartel de Medellín. Sin embargo, hay aspectos que la serie no abordó y que hoy salen a la luz en un nuevo libro que explora la relación de Escobar con la brujería y el misticismo.
El escritor y antropólogo Esteban Cruz Niño, reconocido por sus investigaciones sobre lo paranormal y las creencias populares en Colombia, acaba de publicar Pablo Escobar y los patrones de la brujería. En esta obra, Cruz Niño revela cómo el temido narcotraficante no solo utilizó la violencia y el dinero para mantenerse en el poder, sino también un conjunto de rituales esotéricos, hechizos y protecciones mágicas.

Mientras la serie de Netflix se enfocó en la ascensión y caída de Escobar, el libro de Cruz Niño profundiza en un aspecto poco explorado: el uso de lo sobrenatural como estrategia de control y protección. Según el autor, Escobar consultaba brujos y chamanes, realizaba ofrendas y confiaba en médiums para predecir el futuro y blindarse contra sus enemigos. Esta dimensión de su vida podría explicar muchas de sus decisiones y la confianza que demostraba incluso en los momentos más críticos.
El libro también aborda cómo, tras su muerte, Escobar pasó de ser un criminal temido a convertirse en una figura casi mítica para algunos sectores de la población. De la misma manera en que la serie mostraba la adoración de algunos por su figura, Cruz Niño detalla cómo, en ciertos lugares de Colombia y otros países, existen personas que le prenden velas y lo invocan en rituales de protección.

Si la serie Pablo Escobar: El Patrón del Mal te mantuvo al borde del asiento con su retrato de uno de los criminales más poderosos de la historia, este libro te ofrecerá una mirada distinta y más oscura sobre su legado. Pablo Escobar y los patrones de la brujería no solo es una obra reveladora sobre la relación entre el crimen y el misticismo, sino también una exploración de cómo la figura de Escobar sigue presente en la cultura popular, no solo como un capo, sino como un "patrón" en el sentido más esotérico del término.