
Denzel Washington es uno de los actores más respetados en Hollywood, con una carrera llena de papeles inolvidables y múltiples nominaciones al Oscar. Sin embargo, hay algo curioso en su relación con la Academia: hace más de 25 años que no participa en la votación de los premios. ¿Qué pasó para que una de las estrellas más grandes del cine decidiera alejarse de esto? A continuación, te contamos.
Una relación de amor y odio con los Oscar

Denzel Washington ha sido nominado en varias ocasiones a los Premios de la Academia. Su primera nominación llegó en 1988 por su papel en Grito de libertad. Dos años después, se llevó su primer Oscar como Mejor actor de reparto por Glory. En 1993, recibió otra nominación por Malcolm X, aunque terminó perdiendo contra Al Pacino por Perfume de mujer.
Hasta aquí, todo parecía ir bien. Sin embargo, el punto de quiebre llegó en el año 2000, cuando Washington estaba nominado a Mejor actor por Hurricane. En la película, interpreta a Rubin "Hurricane" Carter, un boxeador cuya carrera se vio truncada tras ser condenado injustamente por un crimen que no cometió. Washington entregó una actuación alabada por la crítica, llevándose incluso un Globo de Oro y un Oso de Plata en el Festival de Berlín. Denzel estaba convencido de que su nombre sería anunciado como ganador. Pero cuando el presentador abrió el sobre, el premio fue para Kevin Spacey por American Beauty.

Según ha contado el propio Washington, la reacción del público en ese momento lo hizo sentir que algo no estaba bien. "Cuando dijeron el nombre de Kevin Spacey, recuerdo haber girado la cabeza y mirarlo. Nadie, excepto la gente que estaba con él, se levantó. Todos me miraban a mí", comentó en una entrevista con Variety.
Aunque admite que quizás su percepción en ese momento no fue del todo precisa, la sensación de haber sido ignorado lo dejó con un sabor amargo. Y desde entonces, Washington tomó una decisión drástica: dejar de votar en los Oscar. "Pasé por una etapa en la que mi esposa, Pauletta, veía todas las películas nominadas. Yo le decía que no me importaba. Si me ignoran, yo los ignoro. Que ellos voten y vean sus películas. Yo no las veo. Me rendí. Me volví amargado", confesó.
Un segundo Oscar y más nominaciones

Curiosamente, solo dos años después de aquella decepción, Washington ganó su segundo Oscar, esta vez como Mejor actor por Training Day. Desde entonces, ha sido nominado en cuatro ocasiones más, incluyendo su trabajo como director en Fences, que también compitió como Mejor película.
A pesar de seguir siendo reconocido por la Academia, su postura sobre los premios no ha cambiado. Washington ha dejado claro que su problema no es con los ganadores, sino con la industria en general y la manera en que ciertas decisiones parecen estar predestinadas. Una postura que nos recuerda que, incluso en Hollywood, los premios no siempre son lo más importante.