Dirigida por Jim Jarmusch, esta comedia de terror no sigue la lógica habitual de las historias de infectados en un mundo posapocalíptico. En lugar de un relato lleno de acción trepidante y sangre a raudales, Jarmusch opta por un tono pausado, irónico y reflexivo que convierte a la película en una sátira del consumismo, la alienación social y la crisis climática.
La historia se desarrolla en Centerville, un tranquilo pueblo estadounidense donde una serie de crímenes inquietantes comienzan a alertar a la policía local. Los oficiales Cliff (Bill Murray) y Ronald (Adam Driver) descubren que sus peores temores se han hecho realidad: los muertos han vuelto a la vida y deambulan por las calles repitiendo los mismos hábitos que tenían en vida, desde beber café hasta consumir Wi-Fi. Esta peculiaridad convierte a los zombis en una metáfora de la sociedad moderna, obsesionada con el entretenimiento y el consumo.
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El filme cuenta con un reparto de lujo que incluye a Tilda Swinton, Chloë Sevigny, Steve Buscemi, Danny Glover, Selena Gomez, Austin Butler e incluso el legendario músico Iggy Pop. Cada uno de ellos aporta un toque excéntrico a la narrativa, contribuyendo al extraño pero fascinante universo de Jarmusch.
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Lo que distingue a Los muertos no mueren de otras producciones del género es su tono deliberadamente apático y su estructura no convencional. Mientras otras cintas como Guerra Mundial Z o Army of the Dead optan por explosiones y adrenalina, Jarmusch prefiere un enfoque contemplativo, donde la ironía y el humor negro se mezclan con la desesperanza de un mundo condenado. Además, el director introduce giros inesperados que desafían las reglas del cine de zombis, sorprendiendo a la audiencia hasta el último minuto.
Disponible en Prime Video para Colombia, esta película es una experiencia imprescindible para los amantes del cine fuera de lo común. Con un mensaje profundo camuflado en su humor absurdo, Los muertos no mueren no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre el mundo en el que vivimos.