
En la franquicia de James Bond, ha habido villanos de todo tipo: megalómanos con planes de dominación mundial, magnates despiadados y hasta cyborgs con ansias de venganza. Sin embargo, en 2002, la saga alcanzó un nuevo hito con 007: Otro día para morir. Entre gadgets y secuencias de acción exageradas, la película nos presentó a Gustav Graves, el villano más joven en la historia de la franquicia. Lo que pocos saben es que detrás de este personaje se encuentra un actor con una conexión sorprendente: Toby Stephens, hijo de la legendaria Maggie Smith.
Stephens proviene de una de las familias más ilustres del teatro y el cine británico. Sin embargo, a pesar de compartir el talento y la pasión por la actuación con su madre, los dos nunca llegaron a coincidir en pantalla. ¿La razón? En palabras del propio actor, simplemente les parecía "un poco cursi".
Toby Stephens, un villano con linaje teatral

En entrevista con The Times de Londres, Stephens habló sobre su relación con Maggie Smith y cómo, a pesar de haber trabajado en la misma industria, nunca sintieron la necesidad de compartir escena. "Pensábamos que sería un poco cursi. Yo lo hubiera disfrutado, pero habría sido un evento más que una colaboración natural", confesó el actor.
Si bien la idea de ver a Smith y Stephens juntos en pantalla suena tentadora, su decisión tiene sentido. Smith, una de las actrices más respetadas de su generación, ha construido una carrera impecable con papeles icónicos en cine, televisión y teatro, desde Downton Abbey hasta la profesora McGonagall en la saga de Harry Potter. Por su parte, Stephens ha sabido forjar su propio camino en proyectos como Black Sails, Percy Jackson y los dioses del Olimpo y, por supuesto, su rol en Bond.
El peso de ser un "Nepo Baby"

Ser hijo de una leyenda no es tarea fácil, y Stephens ha sido plenamente consciente de ello. Durante la entrevista, habló sobre la presión y las críticas que enfrentó en sus inicios debido a su linaje. "Definitivamente había un elemento de 'Esto está pasando por quiénes son tus padres' dentro de la industria. Fue algo paralizante por un tiempo", confesó.
El actor explicó que le costó encontrar un equilibrio entre reconocer el legado de su madre y demostrar su propio talento. "Creo que eso hizo que mi madre se sintiera un poco incómoda. Sabía que yo tenía que encontrar mi propio camino. Pero llega un punto en el que simplemente piensas: 'Estoy orgulloso de ella'. Y después de haber trabajado lo suficiente, sabes que no estás aquí solo por eso".
Un nombre propio en Hollywood

A pesar de los desafíos, Stephens ha logrado consolidarse como un actor respetado. Aunque nunca compartió pantalla con su madre, con su carrera ha demostrado que su talento va más allá de su apellido. Y aunque Gustav Graves no sea el villano más recordado de Bond, sigue siendo un personaje curioso dentro de la saga: un aristócrata con un pasado oscuro, una fijación con la tecnología y, sobre todo, la distinción de haber sido interpretado por el hijo de una de las actrices más queridas del cine británico.