
Cuando pensamos en Dragon Ball Z, de inmediato visualizamos a Goku enfrentándose a enemigos cada vez más poderosos, pero la historia como la conocemos pudo haber tomado un rumbo completamente distinto. Y es que el título original de la serie animada era nada menos que Gohan’s Great Adventure (La gran aventura de Gohan), lo que dejaba claro que el hijo de Goku estaba destinado a ser el verdadero protagonista.
Esta revelación proviene de una entrevista en el número 5 de Shenlong Times, donde Kenji Shimizu, productor de Fuji TV, explicó que durante un tiempo considerable, los creadores del anime trabajaron con ese título provisional. Sin embargo, cuando Akira Toriyama, el creador del manga, fue consultado, él insistió en que Goku debía seguir siendo el personaje principal, lo que llevó a la solución de añadir una simple ‘Z’ al nombre del anime.

El cambio no fue menor. De haberse mantenido el enfoque en Gohan, la narrativa habría tomado un giro más centrado en su crecimiento, su educación con Piccolo y su evolución como héroe principal. Su entrenamiento tras la muerte de Goku a manos de Raditz y sus batallas contra Vegeta, Nappa y Freezer habrían cimentado su rol como el nuevo protector de la Tierra.
Además, el simbolismo de la ‘Z’ va más allá de lo que muchos creen. Se dice que Toriyama la eligió como un cierre definitivo, al ser la última letra del abecedario occidental, lo cual pretendía evitar futuras continuaciones de la franquicia. Inevitablemente, la realidad fue otra, ya que Dragon Ball Z se convirtió en un fenómeno global y la historia continuó expandiéndose con Dragon Ball Super y numerosas películas.

¿Por qué no funcionó Gohan como protagonista? Aunque el personaje tenía un potencial enorme, los fans nunca terminaron de aceptarlo como el sucesor de Goku. La imagen del guerrero noble y sencillo que siempre vuelve de la muerte para salvar el día era demasiado poderosa. Al final, el propio Toriyama tuvo que ceder y traer de vuelta a Goku en más de una ocasión, consolidando al saiyajin como el corazón inquebrantable de la serie.
Esta anécdota revela cómo pequeñas decisiones pueden cambiar el destino de una historia y cómo, a veces, el peso de la nostalgia y el cariño de los fans pueden torcer incluso los planes más bien pensados de sus creadores.