
La protagonista de Emilia Pérez, quien hasta hace poco era celebrada por su destacada actuación, se encuentra ahora en el ojo del huracán debido a la aparición de antiguos mensajes en X (anteriormente Twitter) con contenido racista y sexista. Estos tuits, publicados entre 2019 y 2024, han generado una reacción en cadena que amenaza con desmoronar su trayectoria profesional.
El 30 de enero, la periodista canadiense Sarah Hagi sacó a la luz estos mensajes, provocando una ola de críticas hacia Gascón. En ellos, la actriz utilizaba expresiones despectivas como "puto moro" y afirmaba que "el islam se está convirtiendo en un foco de infección para la humanidad". También se refería al asesinado George Floyd como "un drogata estafador" y comparaba la gala de los Oscar con "un festival afrokoreano" o "una manifestación Black Lives Matter". Estas declaraciones han sido calificadas de "odiosas" e "imperdonables" por figuras como Jacques Audiard, director de Emilia Pérez, quien además acusó a Gascón de adoptar una actitud de "víctima" y de estar en una "fase autodestructiva".

La reacción de la industria no se ha hecho esperar. Netflix, distribuidora de Emilia Pérez en varios países, decidió vetar a Gascón de la promoción de la película y de la campaña hacia los Oscar. Asimismo, la editorial Dos Bigotes canceló la publicación de su próxima novela autobiográfica, "Karsia". Incluso el ministro de Cultura español, Ernest Urtasun, quien previamente la había elogiado como un ejemplo de diversidad y talento, lamentó públicamente sus comentarios y señaló que "esos tuits han empañado la candidatura de Karla Sofía Gascón".
Ante esta avalancha de críticas y sanciones, Gascón emitió un comunicado en el que anunció su retiro de la red social X, atribuyendo la polémica a "una campaña de odio y desinformación" en su contra. Aunque pidió disculpas por sus tuits, también criticó "la hipocresía que subyace dentro de las minorías". En una entrevista posterior, afirmó sentirse "juzgada, condenada, sacrificada, crucificada y lapidada sin un juicio y sin opción de defensa", y denunció ser víctima de la "cancel culture".

La situación plantea una reflexión sobre si Gascón está atravesando una fase autodestructiva en su carrera o si simplemente está enfrentando las consecuencias de sus propias acciones. Jacques Audiard expresó su desconcierto al afirmar: "No entiendo por qué se está haciendo daño a sí misma, y lo que tampoco entiendo es por qué está haciendo daño a personas que eran muy cercanas a ella". Por su parte, la presentadora Paula Vázquez comentó que, aunque no conocía en detalle los tuits polémicos, lamentaba la situación por su impacto negativo en el cine español y destacó la importancia de ser cuidadoso con las publicaciones en redes sociales.
A medida que se acercan los premios Oscar, la incertidumbre rodea el futuro de Gascón en la industria cinematográfica. Su caso sirve como recordatorio de cómo las acciones pasadas pueden repercutir en el presente y cómo la industria y la sociedad responden ante comportamientos considerados inaceptables. Queda por ver si Gascón podrá reconstruir su carrera o si esta controversia marcará un punto de inflexión irreversible en su trayectoria profesional.