
Hoy en día, Peter Jackson es sinónimo de épicas cinematográficas gracias a su adaptación de 'El Señor de los Anillos', pero pocos recuerdan que su gran oportunidad en Hollywood llegó con una película de terror y comedia que apenas se menciona. Protagonizada por Michael J. Fox, no solo consolidó a Jackson como un director capaz de manejar efectos visuales innovadores, sino que también le dio la clave para imaginar cómo podría llevar la Tierra Media a la gran pantalla.
Todo comenzó cuando Universal Pictures confió en él para dirigir esta pieza, una comedia de terror en la que Fox interpreta a un hombre que puede comunicarse con fantasmas y se enfrenta a una entidad maligna. Lo que parecía un proyecto más en la filmografía de Jackson terminó siendo el trampolín que estaba buscando.

Su primer largometraje, 'Mal gusto' (1987), y la delirante 'Braindead' (1992) lo establecieron como un cineasta irreverente, pero fue 'Criaturas celestiales' (1994) la que lo hizo ganar reconocimiento en la industria, obteniendo incluso una nominación al Oscar por Mejor Guion. A pesar de esto, aún no tenía el respaldo necesario para un proyecto de la magnitud de 'El Señor de los Anillos'.
Fue gracias a 'Los Espíritus' (The Frighteners) que el camino comenzó a alararse para el director. Durante la postproducción de la cinta, Jackson y su equipo en Weta Digital adquirieron una enorme cantidad de computadoras para desarrollar efectos visuales avanzados. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que podía aprovechar esa infraestructura para algo mucho más ambicioso. Según contó en un documental, su mayor preocupación era qué hacer con toda esa tecnología cuando terminara la película. Entonces, tuvo una revelación.

Jackson comenzó a hacer llamadas mientras aún trabajaba en 'Los Espíritus'. Convenció a New Line Cinema de que era posible llevar la historia de J.R.R. Tolkien al cine de manera digna. La clave para que los estudios confiaran en él fue precisamente su manejo del presupuesto y los efectos visuales en 'Los Espíritus'. Finalmente, los convenció y el resto es historia: la trilogía de 'El Señor de los Anillos' se convirtió en un fenómeno global, ganando 17 premios Oscar y marcando un antes y un después en el cine de fantasía.

Así, lo que comenzó como una comedia de terror con fantasmas se transformó en el primer paso hacia una de las sagas más influyentes de la historia del cine. Sin 'Los Espíritus', es posible que nunca hubiéramos visto la épica batalla por la Tierra Media cobrar vida en la gran pantalla.