Un jurado federal en Estados Unidos decidió por unanimidad a favor de M. Night Shyamalan en un juicio por plagio que lo enfrentó a la directora italiana Francesca Gregorini. La cineasta alegaba que la serie 'Servant', producida por Shyamalan para Apple TV+, había tomado elementos clave de su película 'A Grande Ilusão' sin su consentimiento. Tras años de litigio, el fallo judicial desestimó la demanda y exoneró al cineasta de cualquier responsabilidad.
El caso comenzó en 2020 cuando Gregorini presentó la acusación, asegurando que el tráiler de 'Servant' mostraba escenas, tramas y temáticas que consideraba prácticamente idénticas a las de su largometraje. Según la cineasta, la similitud era tan evidente que sentía que su película había sido “tomada y rehecha”.
Revista Studio
Durante el juicio, Shyamalan se defendió argumentando que ni él ni su equipo habían visto 'A Grande Ilusão' antes de desarrollar 'Servant'. “Esta acusación es exactamente lo opuesto a todo lo que hago y todo lo que intento representar”, declaró el director en la corte. “Nunca permitiría algo así, y ninguna de las personas con las que trabajo lo haría”.
Para llegar a un veredicto, el jurado revisó la película de Gregorini y los tres primeros episodios de la serie. También escucharon el testimonio de expertos en la industria cinematográfica para determinar si existía un caso de plagio. Finalmente, concluyeron que las similitudes entre ambas obras eran coincidencias dentro de los elementos comunes del género y no una copia intencional.
Google
Por su parte, Gregorini expresó su decepción con la resolución y aseguró que su intención era evitar que otros creadores pasaran por la misma situación. “Quería responsabilizar a los acusados por lo que hicieron, para que esto no le ocurra a nadie más en la industria”, afirmó en su testimonio.
El caso de Shyamalan se suma a otros recientes en los que cineastas han sido acusados de plagio, como la demanda contra Disney por presuntamente copiar elementos en 'Moana'. Sin embargo, estos juicios suelen ser difíciles de probar, ya que muchas narrativas comparten estructuras y elementos visuales similares dentro del cine. Con este fallo a su favor, Shyamalan cierra una polémica que lo había perseguido durante años y reafirma su postura como un director con un estilo propio.