
Si eres fanático del cine y amas los grandes nombres de Hollywood, seguro reconoces a Tom Hardy. Con roles en películas como Mad Max: Furia en el camino, El caballero de la noche asciende y la saga de Venom, Hardy se ha consagrado como una figura del cine de acción. Pero su ascenso no fue nada fácil, y hace 20 años, un papel en una de las franquicias más queridas de la ciencia ficción casi sepulta su carrera antes de despegar.
'Star Trek: Nemesis': el traspié de Tom Hardy

En 2002, Hardy era un joven actor británico prácticamente desconocido cuando Paramount Pictures lo eligió para interpretar a Shinzon, el villano de Star Trek: Nemesis. La película tenía como objetivo dar cierre a la historia de la tripulación de Star Trek: The Next Generation, con Jean-Luc Picard, interpretado por Patrick Stewart. Hardy asumió el reto de dar vida a un clon más joven de Picard, creado por los Romulanos para sus oscuros planes de conquista.
Sin embargo, Star Trek: Nemesis terminó siendo un fracaso rotundo tanto en taquilla como para la crítica. Considerada una de las entregas más débiles de la saga, la película fue blanco de críticas por no tener el impacto emocional y narrativo que muchos esperaban.
“Era un joven extraño y solitario”

Según relató recientemente Stewart en su autobiografía, Making It So: A Memoir, para Hardy, la experiencia de rodaje fue especialmente difícil. Stewart recordó cómo Hardy parecía distante del resto del elenco. “No era hostil, pero era un desafío formar una relación con él”, comentó. Según el actor, Hardy pasaba mucho tiempo aislado en el set, acompañado de su novia de entonces, y apenas interactuaba con sus compañeros.
Stewart incluso llegó a pensar que Hardy no tendría un futuro brillante en Hollywood. "Cuando Tom terminó su trabajo y salió por la puerta, le dije a Brent Spiner y Jonathan Frakes: 'Se va alguien de quien creo que nunca más escucharemos’”.
Del fracaso al estrellato

Aunque Nemesis no logró impulsar la carrera de Hardy de inmediato, fue un punto de partida que eventualmente lo llevó a ser descubierto por cineastas como Christopher Nolan y George Miller. Hardy demostró su capacidad para asumir proyectos desafiantes, convirtiéndose en un actor camaleónico y una estrella internacional. Hoy, Stewart admite que estaba equivocado: “Un placer saber que Tom me demostró lo contrario”.
La historia de Hardy en Star Trek: Nemesis es una lección sobre la importancia de la perseverancia y cómo incluso los fracasos pueden convertirse en oportunidades. Aunque el actor pudo haber sido etiquetado como "extraño y solitario" en sus inicios, esa misma intensidad que incomodó a algunos terminó definiendo su estilo actoral único.
Con este recuerdo del pasado, queda claro que los caminos hacia el éxito no siempre son lineales, y Tom Hardy es la prueba viviente de que las estrellas nacen incluso en los lugares más inesperados.