
Gabriel García Márquez fue uno de los escritores más importantes del boom latinoamericano. De hecho, se le considera como el gran precursor del realismo mágico y le dejó al movimiento importantes títulos como Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba o El otoño del patriarca.
Tanto ha sido su impacto en la literatura universal a lo largo de las décadas que el primero de los libros mencionados anteriormente se llevó a las pantallas después de casi 60 años de haber sido publicado por primera vez. Netflix fue la compañía encargada de llevar a cabo lo que se consideró imposible por mucho tiempo.
Lo más interesante de todo es que aunque hoy por hoy la obra del autor colombiano es vista con gloria, fama y reconocimiento, para él no todo fue tan fácil siempre. Inclusive, pasó momentos tan complejos a nivel económico que tuvo que vender sus electrodomésticos para poder mantener a su familia mientras escribía.

Asimismo, otras etapas de su vida como la infancia y la juventud tampoco estuvieron rodeadas de lujos, pues creció en una familia promedio de un pequeño municipio del caribe colombiano llamado Aracataca, ubicado en el departamento del Magdalena.
Cada una de las experiencias que lo marcaron a nivel personal y que en ocasiones llevó a las páginas se encuentran plasmadas, tanto por él, como por sus amigos, en un documental llamado Gabo: cien años de imaginación.
¿Cómo es 'Gabo: cien años de imaginación'?
La producción se estrenó en 2015 y tiene una duración de tan solo 43 minutos. Uno de sus pilares estructurales es poder tener una buena cantidad de testimonios creíbles de personas que fueron muy cercanas al ganador del Premio Nobel de Literatura de 1982, por lo que llama la atención de la audiencia.

A través de las declaraciones ofrecidas por los diversos conocedores de la vida y obra de Gabo, se dan a conocer algunos detalles inéditos, así como otros que muy pocos conocían, pero que realmente tuvieron una influencia gigantesca en su trayectoria.
Por ejemplo, uno de los invitados menciona que las mujeres eran clave en la cotidianidad del colombiano y las veía como matrones imponentes, como lo es Úrsula en Cien años de soledad.
Actualmente, el largometraje puede ser visto en Max y en Prime Video.