Con el lanzamiento de 'Venom: The Last Dance', la tercera entrega de la franquicia se despide, cerrando una década en la que Tom Hardy ha dado vida al icónico antihéroe Eddie Brock y a su simbionte alienígena. Esta conclusión, dirigida por Kelly Marcel, representa un adiós nostálgico tanto para el actor como para la directora, quienes comentaron en la Comic-Con de Nueva York sus emociones enfrentadas al dejar atrás un personaje que ha sido fundamental en sus carreras.
Durante la charla, Hardy reveló una peculiaridad que ha sorprendido a sus seguidores y colegas por igual: su afición por leer críticas negativas de las películas en las que ha participado, especialmente las de Venom. A diferencia de otros actores que prefieren evitar cualquier comentario adverso, Hardy encuentra en las reseñas más duras una especie de retroalimentación sincera y cruda que le ayuda a identificar sus áreas de mejora. Según confesó, “Siempre escucho lo peor. Me concentro en los desaires, no en los elogios”.
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Para Hardy, esta práctica de observar las críticas desde una perspectiva crítica y analítica le permite mejorar y enfrentarse a las verdades incómodas que otros prefieren ignorar. En palabras del actor: “No confío en nadie que diga que no lee sus críticas. Yo miro todo, incluso las que son feas. Y sí, siempre me hieren, pero eso es bueno porque, en algunos aspectos, me ayuda a preguntarme: ‘¿Por qué lo estoy haciendo?’”. Esta franqueza personal lo lleva a un proceso de autocrítica que considera crucial para su evolución como actor. Según Hardy, esas palabras duras suelen señalar momentos específicos en los que sabe que podría haber dado más de sí.
La relación de Hardy con el simbionte Venom va más allá de la pantalla. Desde su debut en 2018, el personaje ha representado una oportunidad para explorar facetas complejas de un ser humano en conflicto constante, tanto consigo mismo como con el mundo que lo rodea. Este vínculo, construido a lo largo de tres películas, no solo se limita a su actuación, sino que también abarca su rol como productor. Según compartió en la entrevista, interpretar a Venom y participar en el proceso creativo de la trilogía es una experiencia única que nunca olvidará. “Venom siempre será parte de mí. Respiré vida en su voz”, expresó con orgullo y nostalgia.
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Para Kelly Marcel, el fin de esta etapa también es un momento de reflexión. La directora comentó que, a lo largo de estos diez años, tanto ella como Hardy han dedicado todo su esfuerzo a la franquicia, y despedirse de ella resulta un desafío emocional. “Hemos dado todo de nosotros mismos, es muy triste decir adiós”, afirmó Marcel en su despedida.
Aunque 'Venom: The Last Dance' se despide en un mar de emociones encontradas, la franquicia ha logrado construir una base sólida de seguidores y éxitos en taquilla, a pesar de las críticas. Hardy reconoce que, para él, las reseñas negativas seguirán siendo una brújula personal. Así, mientras algunos actores huyen de los comentarios más ásperos, Hardy encuentra en ellos una motivación inesperada para continuar evolucionando.