En Amazon Prime Video: Andrew Garfield en un viaje de 140 minutos repleto de intrigas, cultura pop y psicodelia
Santiago Díaz Benavides
Lector adicto, miope curioso y cinéfilo. Una vez tuve una columna de cine que nadie leyó. Todos dicen que me parezco a El Profesor.

El nominado al Oscar en 2017 y 2022, nos conduce por este enigmático viaje hacia Los Ángeles donde nada es lo que parece.

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En 'Under the Silver Lake', Andrew Garfield protagoniza una aventura surrealista que mezcla intriga, cultura pop y una buena dosis de psicodelia. En este viaje de 140 minutos dirigido por David Robert Mitchell, Garfield encarna a Sam, un hombre de 33 años que lleva una vida sin rumbo en un vecindario deteriorado de Los Ángeles. La aparente monotonía de su existencia cambia cuando su vecina Sarah (Riley Keough) desaparece sin dejar rastro. A partir de ese momento, Sam se embarca en una búsqueda tan enigmática como desbordante, donde el misterio y las referencias a la cultura pop se entrelazan constantemente.

La película, que comparte elementos con el cine de David Lynch y Alfred Hitchcock, construye una atmósfera que oscila entre el cine negro y el surrealismo. Mitchell nos sitúa en el corazón de Los Ángeles, una ciudad que, en su versión más pop, se convierte en un personaje clave de la trama. Los Ángeles, lejos de ser un simple telón de fondo, emerge como un laberinto de símbolos, mitologías urbanas y conspiraciones que Sam debe desentrañar, mientras se enfrenta a sus propias obsesiones y al desconcertante funcionamiento de la ciudad.

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Uno de los puntos fuertes de la película es la combinación de imagen y música, que llega a tal nivel que ambos elementos parecen convertirse en personajes adicionales. La banda sonora, que remite a colaboraciones legendarias como las de Bernard Herrmann con Alfred Hitchcock, o Angelo Badalamenti con Lynch, juega un papel crucial. La música no solo acompaña la trama, sino que profundiza en los momentos más inquietantes y extraños del relato, reforzando el tono de la película y sumergiendo al espectador en una experiencia sensorial casi hipnótica.

El guion de 'Under the Silver Lake' está repleto de símbolos y referencias que invitan a la reflexión sobre el rol de la cultura en la sociedad moderna. Desde los cómics hasta la música pop, pasando por las leyendas urbanas y las conspiraciones de poder, Mitchell ofrece un panorama caótico pero fascinante de cómo la cultura popular es capaz de moldear nuestras creencias y percepciones. El relato no solo se limita a contar una historia de desaparición, sino que también cuestiona las estructuras de poder y las mentiras que, en ocasiones, sostenemos como verdades absolutas.

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Algunos expertos consideran que 'Under the Silver Lake' intenta abarcar demasiado sin lograr cohesionar del todo su compleja red de símbolos y referencias. Críticos como Peter Travers de Rolling Stone han señalado que el viaje de Sam se siente errático, mientras que Justin Chang de Los Angeles Times menciona que la película parece tener más pretensiones de las que logra cumplir en términos narrativos. Sin embargo, otros, como Brian Tallerico de RogerEbert.com, reconocen el talento visual y la audacia del director para no seguir los caminos convencionales, lo que convierte a la película en una experiencia difícil de olvidar.

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Al igual que en las grandes obras del cine de misterio, la película deja cabos sueltos que incitan al espectador a continuar la reflexión mucho después de haber terminado. Esto puede frustrar a algunos, pero también es lo que le ha permitido ganarse una audiencia de culto. Es una película que, aunque puede parecer incoherente en algunos tramos, juega con las expectativas y nos hace cuestionar nuestras propias certidumbres sobre el mundo que nos rodea.

'Under the Silver Lake' es una apuesta arriesgada que combina lo mejor del cine de autor con una estética pop contemporánea. La actuación de Andrew Garfield, la intrincada trama de conspiraciones y la atmósfera cargada de símbolos hacen de esta película una experiencia intrigante y desconcertante. Aunque no es para todos los gustos, aquellos dispuestos a dejarse llevar por su ritmo onírico y su narrativa fragmentada encontrarán en ella un festín visual y conceptual difícil de igualar.

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