'Joker 2' repitió el mismo mensaje final que la trilogía de 'Batman: El caballero de la noche'
Santiago Díaz Benavides
Lector adicto, miope curioso y cinéfilo. Una vez tuve una columna de cine que nadie leyó. Todos dicen que me parezco a El Profesor.

Ambas películas exploran cómo un símbolo puede perdurar más allá del individuo, aunque sus recepciones han sido muy distintas.

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A lo largo de la historia del cine, tanto el Joker como Batman han sido personajes que representan mucho más que el bien y el mal. Son símbolos que reflejan las luchas internas de la sociedad, y esa es precisamente la idea que comparten dos películas que, aunque pertenecen a diferentes tonos y estilos, transmiten un mensaje común: el héroe y el villano son roles que trascienden al individuo.

Por un lado, 'Joker: Folie à Deux', que llegó en 2024 con expectativas altísimas. Sin embargo, su recepción fue mucho más fría que la de su predecesora. Aunque Joaquin Phoenix obtuvo un Oscar por su papel en la primera entrega, la secuela no logró captar la misma magia. La trama, más introspectiva y centrada en los aspectos psicológicos de Arthur Fleck, terminó alienando a muchos seguidores que esperaban un desarrollo más explosivo. Pero el mensaje de fondo es innegable: Arthur Fleck, pese a convertirse en el Joker, no era "el" Joker. En realidad, nunca fue destinado a ser el icónico Príncipe Payaso del Crimen que todos conocemos, sino una chispa que encendió algo mucho más grande.

Warner Bros.

Esta idea no es nueva en el universo cinematográfico de DC. Si volvemos a la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman, particularmente a su cierre en 'El caballero de la noche asciende' (2012), vemos un mensaje similar. Al final de esta película, Bruce Wayne deja de ser Batman, pero el símbolo del murciélago sigue vivo a través de su sucesor, John Blake (interpretado por Joseph Gordon-Levitt). Aunque Wayne se retira con la promesa de una vida tranquila junto a Selina Kyle, el legado de Batman continúa, mostrándonos que el héroe no es tanto el hombre, sino lo que él representa: un símbolo de resistencia y justicia.

Max

En 'Joker: Folie à Deux', este concepto también toma protagonismo, pero desde el lado oscuro. La película finaliza con la muerte de Arthur Fleck, no como el gran villano que enfrentará a Batman en el futuro, sino como una figura que inspiró a otros, incluida la encarnación definitiva del Joker: un joven recluso en Arkham que toma el manto del villano tras asesinar a Fleck. En este sentido, el Joker deja de ser un personaje fijo para convertirse en un símbolo de caos y rebelión contra el sistema, una idea que cualquiera, en las circunstancias adecuadas, puede personificar. Ambos films, a su manera, subrayan que tanto el héroe como el villano son ideas inmortales, más allá de los individuos que los encarnan.

Warner Bros.

'El caballero de la noche asciende' cerró de manera coherente una trilogía épica, mientras que 'Joker: Folie à Deux' optó por subvertir lo que los espectadores esperaban, ofreciendo una versión más cruda y filosófica del Joker, lo que dejó una sensación de decepción.

Al final, ambas piezas nos enseñan que, ya sea héroe o villano, los símbolos son eternos. Las personas que los encarnan pueden caer, pero las ideas que representan seguirán influyendo en Gotham —y en la audiencia— durante mucho tiempo.

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