Si hablamos de sagas de terror que marcaron a toda una generación, Destino final se lleva sin duda una mención especial. Esta franquicia, que comenzó en el año 2000, ha logrado mantenerse en la mente del público gracias a su concepto y su manera de enfrentar a los personajes con la muerte misma. A lo largo de sus cinco películas, la saga nos ha hecho temer los accidentes más comunes, desde subir a una montaña rusa hasta simplemente conducir por la carretera. Pero, ¿cómo surgió esta exitosa franquicia que nos hizo cuestionar nuestras decisiones cotidianas?
Todo comenzó con una inquietante anécdota que leyó Jeffrey Reddick, el guionista de la primera película. Mientras viajaba en avión, Reddick se topó con un artículo que contaba la historia de una mujer que estaba a punto de salir de vacaciones. Su madre, de manera misteriosa, le pidió que no tomara el vuelo que tenía programado para el día siguiente, alegando que tenía un mal presentimiento. Lo sorprendente es que, al final, el avión se estrelló. Esa premonición, junto con el accidente, fue lo que inspiró a Reddick para escribir una historia con un concepto escalofriante: ¿qué pasaría si la muerte tuviera un plan ineludible?
Originalmente, Jeffrey Reddick escribió el guion con la idea de que fuera un episodio de la famosa serie The X-Files, sin embargo, las cosas no salieron como esperaba y decidió probar suerte en el cine. Fue entonces cuando se contactó con un colega de New Line Cinema, y el guion terminó convirtiéndose en lo que hoy conocemos como Destino final.
La saga que redefinió el miedo a lo cotidiano
Looper
Lo que hace a Destino final tan especial es su premisa. En lugar de un asesino enmascarado o una criatura sobrenatural, los personajes deben enfrentarse a la propia muerte, que está decidida a cobrar su deuda. Y aunque los protagonistas logran escapar de la tragedia inicial, ya sea un accidente aéreo, un choque en la carretera o un desastre en una montaña rusa, la muerte encuentra la manera de alcanzarlos, una y otra vez, de las formas más creativas y aterradoras.
El éxito de la saga radica no solo en su concepto, sino en su capacidad para hacer que el público tema cosas aparentemente inofensivas. ¿Quién no pensó dos veces antes de subirse a una montaña rusa después de ver la tercera película? ¿O quién no miró con desconfianza una simple taza de café por miedo a un efecto dominó fatal? La franquicia se las ingenió para convertir lo ordinario en potencialmente mortal, creando una tensión constante y alimentando la paranoia de sus espectadores.
Collider
No es necesario ser amante del terror para reconocer el impacto que Destino final ha tenido en la cultura pop. Desde referencias en otras películas y series hasta memes en redes sociales, esta franquicia es increíblemente conocida. Así que la próxima vez que subas a un avión, entres a una montaña rusa o simplemente camines por la calle, recuerda: la idea para un nuevo guion podría estar a la vuelta de la esquina.