Uno de los casos más sorprendentes del mundo del manga y el anime en los últimos meses es el de Erika Ikeda, conocida en el mundo artístico como Nekokurage, la talentosa ilustradora detrás de 'Los diarios de la boticaria' (Kusuriya no Hitorigoto), un popular anime de Crunchyroll. Aunque la serie ha sido un éxito rotundo desde su lanzamiento, pocos saben que la dibujante fue recientemente condenada por evasión fiscal, pero más allá de eso, su trabajo no ha mostrado señales de este tumultuoso evento en su vida personal.
Erika Ikeda fue condenada a 10 meses de prisión con una suspensión de tres años y una multa de 11 millones de yenes (alrededor de 71.000 dólares). El delito: no declarar ingresos por unos 47 millones de yenes (más de 280.000 euros) entre 2019 y 2021. A pesar de la gravedad de la acusación, que involucraba la evasión de una gran cantidad de impuestos, la continuidad del anime no se vio afectada. Square Enix, la editorial que publica el manga, dejó claro que la serialización de 'Los diarios de la boticaria' seguiría adelante.
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Sin embargo, el hecho de que la artista detrás de la obra haya enfrentado este conflicto legal sin que la calidad de la serie se viera comprometida, ha dejado perplejos a muchos seguidores. Para quienes desconocían la situación, la transición ha sido tan fluida que no notaron cambio alguno en la animación o en la dirección artística del anime. El ritmo de producción siguió su curso, lo que plantea una interesante reflexión sobre cómo las dinámicas en los estudios de animación pueden mantenerse sólidas, incluso cuando sus artistas están lidiando con problemas personales de gran envergadura.
En un comunicado, Nekokurage explicó que su infracción fue resultado de la ignorancia y desatención a sus deberes fiscales, lo que la llevó a descuidar la presentación de sus declaraciones de renta. Al ser notificada de la cantidad que debía al fisco, pagó la totalidad de la deuda y contrató a un contable para manejar sus finanzas en el futuro. La artista ofreció una disculpa pública a sus seguidores a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter), en la que se mostró profundamente arrepentida por los problemas causados, y aseguró que no volvería a caer en el mismo error.
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"Valoraré mi trabajo más que nunca, y espero que aún haya gente que pueda disfrutarlo", escribió Nekokurage, reafirmando su compromiso con sus lectores. La disculpa tocó el corazón de muchos fans, quienes destacaron su honestidad y disposición para enmendar sus errores, mientras que otros expresaron su preocupación sobre el impacto que este episodio pudiera tener en el futuro de la serie.
Lo más curioso es que, a pesar de las dificultades legales, 'Los diarios de la boticaria' ha seguido creciendo en popularidad, consolidándose como una de las series más vistas en Crunchyroll. La noticia de una segunda temporada, programada para 2025, refuerza la idea de que el escándalo no ha afectado la percepción de los seguidores hacia la serie. De hecho, el manga sigue vendiéndose a un ritmo impresionante, con 13 tomos recopilatorios en el mercado japonés.
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Este caso pone de relieve la extraña desconexión que a veces existe entre la vida privada de los creadores y su obra pública. Si bien la imagen de un artista puede verse empañada por cuestiones legales o personales, el trabajo que realizan puede continuar brillando por sí solo, respaldado por un equipo sólido de producción y una base de fans leales. La animación de 'Los diarios de la boticaria' ha mantenido su nivel de excelencia, una prueba de que el mundo del anime, con sus complejas dinámicas de colaboración, puede resistir incluso los desafíos más inesperados.
Al final del día, este incidente con Nekokurage nos recuerda que detrás de cada éxito en la industria del entretenimiento hay seres humanos falibles. La buena noticia para los seguidores de 'Los diarios de la boticaria' es que la historia, tanto en el manga como en el anime, continuará sin interrupciones, y si la artista cumple con su promesa de mejorar tanto en lo personal como en lo profesional, los fans no tendrán que preocuparse por que la calidad se vea comprometida.