Después de 36 años, el nombre del súper fantasma más morboso y divertido de todos los tiempos fue pronunciado tres veces nuevamente: Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice. Con esa palabra del mal conjurada en voz alta, el espíritu volvió a quedar libre, pero no solo de manera figurativa sino literalmente frente a las pantallas.
Michael Keaton, que pasó a la historia por interpretar al particular personaje, regresó para la secuela que estrenó hace algunos días, la cual, además de estar siendo adorada por la crítica y el público, es de los mayores éxitos en taquilla de 2024.
En su primer fin de semana, recolectó $172.6 millones de dólares, poniéndose por encima de lo obtenido en la misma cantidad de tiempo por otros proyectos que también se han lanzado este año como Intensamente 2 o Deadpool 3, que son las más vistas hasta ahora.
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Sin duda, gran parte del éxito de lo nuevo de Tim Burton se debe a que el director logró mantener intacto su estilo y con eso demostró cuánto la audiencia de todo el mundo lo extrañaba. Por otro lado, el reparto también fue crucial.
El retorno de los protagonistas originales deslumbró y la adición de nuevas estrellas como Jenna Ortega, Willem Dafoe o Monica Belluci aportó lo suficiente como para que el resultado fuese un rotundo hit.
No obstante, no todo es color de rosa para la producción. The Conversation, así como otros importantes medios de comunicación, expresaron que Beetlejuice 2 podría tener topes próximos en el box office debido a que, como le pasó a Ghostbusters: Afterlife, en el afán por conquistar a una audiencia joven, reflejando los problemas propios de las generaciones modernas, se perdería la oportunidad de captar públicos mayores.
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Esto es lo que ocurre con 'Beetlejuice 2'
En este sentido, la película sufre un problema similar al de Ghostbusters: Afterlife (2021). En un intento de atraer a un público más joven, así como a los fans originales de la película, su enfoque parcial en la angustia y el drama adolescentes (que la película original también incorporaba, pero de una manera mucho más eficiente y coherente) encaja de forma incómoda con los momentos más anárquicos y satíricos. Esto significa que la película tiene una especie de crisis de identidad.
"Eso no quiere decir que Beetlejuice Beetlejuice sea del todo mala. Sin embargo, la película vuelve a pertenecer a Michael Keaton, cuya interpretación de Beetlejuice es incluso más grande y audaz que en la original. El papel de Keaton se amplía mucho, a pesar de que afirma que una condición de su regreso fue mantener su presencia al mínimo (como en la primera película). Catherine O’Hara regresa como la pretenciosa madrastra artista Delia, pero los Maitland se van, a quienes se elimina rápidamente de la narrativa (“encontraron un resquicio legal y siguieron adelante”)", expresó el medio citado.
Asimismo, el portal recuerda que "Geena Davis se había negado a regresar porque ahora tiene 40 años más y los fantasmas no envejecen. Beetlejuice, por su parte, ha envejecido, pero lo ha hecho de una manera apropiada y vergonzosa".