'Crímenes del futuro' es el título de este filme que no se conforma con ser una película de ciencia ficción más; su ambición va mucho más allá. Dirigida por David Cronenberg, se consolida como una obra que explora los rincones más oscuros y extraños de la evolución humana, con una mirada inquietante hacia el futuro. Protagonizada por un elenco de primera categoría, que incluye a Viggo Mortensen, Kristen Stewart y Léa Seydoux, la película es una experiencia visual y filosófica que no deja a nadie indiferente.
La trama, situada en un futuro no muy lejano, nos sitúa en un mundo donde el dolor ha dejado de existir y los cuerpos humanos han comenzado a mutar, generando nuevos órganos a causa del llamado "Síndrome de Evolución Acelerada". Este fenómeno biológico ha alterado tanto la estructura del cuerpo humano que un gobierno ficticio ha creado el Registro Nacional de Órganos para controlar y clasificar las transformaciones corporales. En este marco futurista, Saul Tenser (Mortensen), un reconocido artista de performances, convierte su cuerpo mutante en un espectáculo. Junto a su compañera Caprice (Seydoux), expone al público la extirpación de sus órganos recién formados, en una presentación que desafía tanto a la ciencia como al arte.
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La película ha sido descrita como “inclasificable”, una obra que regresa a las obsesiones más profundas de Cronenberg sobre la Nueva Carne, un concepto que explora las fusiones y deformaciones entre el cuerpo humano y la tecnología, algo que el director ha abordado antes en películas como 'La mosca' y 'Videodrome'.
La intervención de Kristen Stewart en el papel de Timlin, una investigadora del Registro Nacional de Órganos, aporta un toque sutil y perturbador a la historia. Stewart se desplaza con inquietud entre los límites de la ley y la evolución humana, representando a una sociedad temerosa de los cambios radicales que estas transformaciones biológicas implican. Mientras tanto, el enigmático personaje de Mortensen sirve como símbolo de resistencia y adaptación ante un mundo que ya no es reconocible.
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Cronenberg utiliza esta premisa para reflexionar sobre temas filosóficos y sociales que nos resultan profundamente familiares en el presente: el cuerpo como herramienta de expresión, la relación entre tecnología y humanidad, y la inevitable transformación del ser humano en un entorno cada vez más artificial.
El filme sugiere que estamos al borde de un cambio irreversible. Las mutaciones corporales que sufren los personajes son una metáfora de nuestra propia interacción con la tecnología, que, según el propio Cronenberg, ya no es una amenaza externa, sino una extensión misma de lo que somos como seres humanos. La evolución no es necesariamente un proceso de mejora, como plantea la película, sino una adaptación constante que, en muchos casos, puede llevarnos a territorios peligrosamente desconocidos.
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Cronenberg también disecciona el arte a través del protagonista. Saul Tenser se convierte en una figura de sacrificio, exponiendo las partes más vulnerables de su ser a un público que asiste a sus performances no solo para admirarlo, sino para cuestionar el destino de la humanidad. Cada órgano extraído es una nueva obra, un desafío a la muerte y a la mutación, pero también una forma de resistencia ante un mundo que se desmorona. En esta película, el arte no es solo una forma de expresión; es un grito de supervivencia.
Con un enfoque que desafía tanto las expectativas del cine como las de la ciencia ficción, 'Crímenes del futuro', disponible en Colombia a través de las plataformas de MUBI y Prime Video, es una obra que te dejará pensando por varios días. La película invita a los espectadores a confrontar sus miedos más profundos sobre el cuerpo, la tecnología y el futuro de la humanidad. Para los fanáticos de Cronenberg, es un regreso triunfal a sus temas más recurrentes, mientras que para los nuevos espectadores, es una entrada visceral a un universo donde el cambio es la única constante.