La industria cinematográfica se rige por empresarios, supervisores financieros, asesores ejecutivos y todo tipo de sujetos con traje, teléfonos sonando sin parar o salarios exorbitantes. Lo anterior puede parecer curioso porque, si bien es un medio creativo, es el beneficio económico el que prima a la hora de realizar una producción.
En ese sentido, la mayoría de los estudios intentan "ir a la fija" con ideas que por sondeos sociológicos pueden parecer fácilmente exitosas. No en tanto, nada de eso realmente es cine. De hecho, las pocas veces que los creativos se ponen en el frente es cuando se logran los grandes éxitos.
Sin embargo, Hollywood se ha demorado en aprender su lección y recientemente la audiencia se ha encargado de demostrarle al establecimiento lo que es importante de verdad. Seguramente el caso más reciente lo tengas muy presente y es el que vivió Ryan Reynolds tanto como actor y como fan.
Marvel Studios
Mucho antes de ser también un exitoso productor ejecutivo, el canadiense se limitaba a salir bien ante las cámaras y agradar a sus millones de fans en todo el mundo. No obstante, su vida le cambió en 2009 cuando Marvel volvió a llamarlo, pues ya había estado en Blade, para que volviera a colaborar.
En esta ocasión era para que fuese Wade Wilson (Deadpool) en X-Men: Orígenes Wolverine. El gran problema es que la compañía quiso hacer algo que para ningún verdadero fan tenía sentido: taparle la boca a un personaje que se hace llamar Mercenario Bocón.
Justamente el hacerle frente a esa absurda idea, burlarse de ella y sacarle todo el provecho del mundo siguiendo el camino que los seguidores siempre quisieron, el de un Deadpool irreverente y vulgar, fue lo que hizo que las tres películas en torno del antihéroe de los cómics fueran un completo éxito.
20th century Fox
La clave, sin duda, fue que...
... Ryan Reynolds nunca perdió la fe de ser Deadpool
El actor indicó a Deadline que, después de Orígenes Wolverine, "Pasé diez años intentando hacer Deadpool. Fue un infierno".
Y añadió:
Hicimos algunas imágenes de prueba, un hijo de puta increíble se filtró en línea y eso fue lo que hizo que se hiciera la película. El estudio nunca creyó en la película, por lo que no nos aportó nada en comparación con otras películas que adaptan cómics. Teníamos que hacer que cada dólar pareciera diez dólares.
Finalmente, la tercera entrega de Deadpool ya suma más de un billón de dólares en taquilla.