Una de las películas más emblemáticas de su época, los años 90, es sin duda 'Se7en - Los siete pecados capitales', la segunda cinta del director David Fincher, quien anteriormente había dirigido 'Alien 3' sin mucho éxito. En 1995, 'Se7en' explotó la mente de la audiencia en su primera proyección en los cines, y para el periodista español Alejandro G. Calvo, la memoria vívida de esa experiencia es algo que no ha podido evitar compartir en su retrospectiva para SensaCine, el hermano español de SensaCine Latam.
“Ya había visto muchas películas sobre asesinos en serie; después de todo, los años 80 fueron la gran era del slasher, pero nunca había encontrado una película que, al mismo tiempo, me intrigara, asustara y perturbara tanto. Dos días después, llevé a la mayoría de mis amigos de la universidad al cine para que ellos también se asustaran”, comenta Calvo.
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Protagonizada por Brad Pitt y Morgan Freeman como dos detectives, Mills y Somerset, en diferentes momentos de sus carreras, enfrentando uno de los casos más complejos que han tenido, 'Se7en' es uno de esos filmes que se ganó un lugar destacado en la historia del cine de nuestro tiempo.
En esta película, Fincher, un cineasta nacido en 1962 en Denver, Colorado, que había comenzado su carrera dirigiendo videoclips, y el guionista Andrew Kevin Walker, quien con 'Se7en' dio un paso gigantesco en su carrera, crearon una historia con un guion aterrador y milimétrico en el que dos policías intentan cazar a un asesino en serie que siempre está un paso adelante de ellos. Sus crímenes son feroces y terribles, mostrando al mismo tiempo una planificación escalofriante. El punto central: siete pecados capitales castigados por siete asesinatos en siete días.
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En una combinación perfecta de “enigma con el horror más extremo”, como bien señala G. Calvo, 'Se7en', a través del guion de Andrew Kevin Walker, logra poner “al espectador al mismo nivel que los protagonistas, jugando el macabro juego propuesto por el asesino”.
“El éxito de 'Se7en' desencadenó una fiebre de psicópatas asesinos que, para ser justos, ya había comenzado con 'El silencio de los inocentes'”, señala el español. “Hubo innumerables filmes que adoptaron las características más reconocibles de la película de Fincher: una pareja interracial como protagonistas, atmósfera sombría, asesino metódico y culto, reflexión cruda sobre la existencia humana, asesinatos tan afectados como macabros, el continuo juego de pistas que el asesino deja para la policía y la consecuente inmersión del suspenso en el horror que, película tras película, se fue volviendo cada vez más grotesco hasta llegar al nivel conocido como torture porn”.
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Si no has visto 'Se7en', puedes hacerlo en la plataforma de streaming Max. De seguro, no te arrepentirás. La crítica de Alejandro G. Calvo nos permite percibirla de una manera diferente, en todo su esplendor. Por un lado, colocándola en su contexto como un punto de inflexión en el género de suspenso, pero también sumergiéndonos en su meticulosidad y estilo, permitiéndonos descubrir hasta el menor detalle que la convierte en la joya que es.