
Deadpool 3 estuvo enriquecida, además de con una trama llena de aventuras alocadas para sus dos protagonistas, con decenas de cameos que tomaron por sorpresa a los fans que han acompañado el Universo Cinematográfico de Marvel desde sus inicios por allá hace más de 24 años.
Cuando el CGI todavía estaba en una fase experimental y las cosas en los sets todavía funcionaban de manera muy artesanal con presupuestos que hoy se considerarían medianos (por ser generosos con la definición), Fox decidió llevar a algunos de los personajes de los cómics de La casa de las ideas a la gran pantalla.
Los X-Men y Blade fueron los primeros en obtener proyectos, pero después hubo otros súper (y anti) héroes que lograron llegar al séptimo arte. En ese sentido, Mark Steven Johnson y Rob S. Bowman asumieron la tarea de dirigir cintas más oscuras en la franquicia que apenas comenzaba a crecer.
Daredevil con Ben Affleck fue la primera en 2003. En este largometraje, Jennifer Garner debutó como Elektra, la cual tuvo su propio spin-off en 2005. Aunque fue todo un éxito, el trabajo de la actriz en el MCU se acabó después de esas dos apariciones, pero se retomó con Deadppol 3 a través de un especial cameo.
Aunque ya era un rumor fuerte en Hollywood, la aparición de la intérprete tomó por sorpresa a la audiencia, debido a que públicamente había hecho saber que su experiencia encarnando a la guerrera no había sido la mejor.

Si bien Garner ama casi todos los aspectos del personaje y es gran fan de lo que se hace en el cine de superhéroes, haber sido parte del mismo fue duro a nivel físico para ella, puesto a que requirió esfuerzos que llegaron a ser incómodos más de una vez.
El gran calvario de Jennifer Garner como Elektra en Marvel
"Tenían que cortarme y coserme los pantalones cada vez que orinaba y eso llevaba 45 minutos, así que me lo aguantaba", comentó en 2023 a Glamour.
Asimismo, la estrella se refirió a las prótesis que colocaron en sus senos.
"Llevaba muchas tetas falsas para conseguir las tetas de Elektra. Creo que había como tres prótesis en cada lado de diferentes tamaños y todo se empujaba hacia arriba y hacia afuera. Siempre estaba a punto de tener problemas de vestuario. No hay suficiente cinta en el mundo para mantenerlo en su sitio", agregó.
Lo sorprendente es que su vestuario no llegó a ser de su preferencia aunque opinó bastante en el proceso creativo.

"Estuve tan involucrada en las pruebas que pude defender lo que iba a necesitar para poder moverme", indicó. "Por entonces estaba ensayando las acrobacias y sabía qué tipo de apoyo necesitaba en mis zapatos y el apoyo que necesitaba para la flexibilidad, el apoyo que necesitaba en mis pantalones, lo que fuera para poder pelear porque peleé mucho", concluyó.