Ni en los mejores sueños de Ryan Reynolds, Deadpool habría pasado de ser una buena película sobre un personaje de Marvel a convertirse en la salvación entera de la franquicia con una trilogía que ha recogido hasta la fecha más de 1.5 billones de dólares en taquilla.
Sin embargo, el buen trabajo creativo del actor como colaborador en los guiones y en los detalles de producción ha permitido que cada una de las tres entregas pasen a la historia. Esta, que se estrena el 24 de julio de 2024, busca ser más épica que cualquier cosa que el estudio haya mostrado hasta el día de hoy.
Pero ni siquiera con la gran responsabilidad que carga sobre los hombros el día de hoy, Deadpool 3 fue un proyecto de la entera prioridad de Walt Disney Pictures y prueba de ello es que estuvo a punto de ser una cinta independiente con muy poco presupuesto, debido a las dudas que habían alrededor.
Marvel Studios
“Literalmente, fue una película con un presupuesto de 5 o 6 millones de dólares y sin efectos especiales. Fue simplemente un viaje por carretera con Dopinder (el personaje del conductor interpretado por Karan Soni) y yo, y algunas de las cosas que recogimos y vimos en el camino. No estaba destinada a ser una película de eventos impresionantes. Si vamos de camino al punto C, la película tenía como objetivo llevarnos al punto B. Esa fue la parte más extraña. Me gustó. Pensé que era bastante divertida”, dijo Ryan Reynolds al respecto.
A pesar de todo, el canadiense logró salvar el proyecto presentando una idea única, agregando a Hugh Jackman a la fórmula. No en tanto, tuvo que sacrificar mucho para que las cosas salieran adelante con el largometraje.
Los sacrificios de Ryan Reynolds para que 'Deadpool' existiera en el cine
Nada hubiese sido posible si, desde 2016, Reynolds no hubiese hecho lo que hizo.
De hecho, algo que pocos saben, es que parte del sueldo que el intérprete recibió por el primer filme, terminó en los bolsillos de sus compañeros de set: los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick.
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“No pensaba, cuando al fin se aprobó Deadpool, que sería un éxito. “Renuncié a mi sueldo solo para asegurar que pudiéramos llevar la película a la pantalla. No dejaron que Rhett y Paul estuvieran en el set, así que usé el pequeño salario que me quedaba para pagarles y que pudieran estar conmigo, formando una especie de sala de escritores improvisada”, recordó Ryan Reynolds sobre la decisión que permitió todo.