Con el estreno del sexto episodio el 21 de julio, los fanáticos deberán prepararse para una montaña rusa de emociones. A lo largo de los primeros cinco episodios, hemos sido testigos de intrigas políticas, alianzas frágiles y el inevitable conflicto entre los Targaryen. Sin embargo, esta nueva entrega promete una escena impactante que hará que muchos se estremezcan, y sorprendentemente, esta vez no está centrada en Daemon Targaryen.
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La población sufre la escasez de alimentos y el malestar se intensifica, creando un ambiente de tensión palpable. Alicent y Helaena se encuentran con una muchedumbre enardecida que le exige a la corona que atienda sus necesidades. Por primera vez, la reina comprueba el pésimo estado de la administración de sus hijos al frente del reino y comienza a preguntarse si esto les pasará factura más adelante.
En otro rincón del reino, Addam Hull se encuentra con el dragón Seasmoke, quien inclina su cabeza ante él. Esta unión no solo simboliza una alianza poderosa, sino que también desencadena una serie de eventos que complicarán aún más la ya de por sí intrincada trama. Rhaenyra, al enterarse, emprende una búsqueda para confrontar a Addam.
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Mientras tanto, en el Valle, Rhaena Targaryen deambula en busca de su propio dragón, al escuchar rumores sobre un dragón salvaje. Y en Kings Landing, Aegon despierta tras su encuentro con Aemond en el aire, solo para darse cuenta de la usurpación de facto por parte de su hermano.
Cerca del final, la escena que realmente erizará la piel de los espectadores tiene que ver con un inesperado beso apasionado entre dos personajes: Rhaenyra y Lady Mysaria. La conexión entre ambas, dos mujeres fuertes y decididas en un mundo dominado por hombres, promete ser un punto de inflexión en la trama, desatando reacciones intensas tanto dentro como fuera de la pantalla.
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Con el estreno del sexto episodio, solo quedarán dos más antes de que concluya la segunda temporada, lo que asegura que cada minuto será crucial.