Hoy por hoy, Clint Eastwood es uno de los directores vivos más respetados. De hecho, también entra a la lista de los más destacados de todos los tiempos o, por lo menos, del siglo XXI. Ganó dos premios Oscar (por Los imperdonables y Million Dolar Baby), estuvo nominado a otro, tiene más de ocho décadas de carrera y le ha producido millones de dólares a los más grandes estudios.
Sin embargo, su gloria no es reciente, sino que se remonta a la década de los 60, cuando hizo famosos wésterns como La leyenda de la ciudad sin nombre o El bueno, el malo y el feo, que hacen parte de la filmografía que lo convirtió en el rey del género.
Gracias a ese estilo, se hizo un nombre en Hollywood que era comparable con pocos. Por ese motivo, el cineasta de cineastas, Alfred Hitchcock, quiso tener a Eastwood en una de sus películas, pero este último decidió negarse.
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De acuerdo con lo que reveló recientemente Entertainment Weekly, "no estaba entusiasmado con el guion que le presentaron", así que prefirió decirle a su agente que dejaran pasar la oportunidad aunque se tratara de trabajar con el rey del suspenso.
Aunque pueda parecer una negativa normal en la industria del espectáculo, en realidad no fue solo eso. Hitchcock estaba desesperado porque Topaz, que estrenó en 1969, había sido el peor fracaso de su trayectoria.
¿En qué película de Alfred Hitchcock pudo estar Clint Eastwood?
Por lo anterior, Universal Pictures le había pedido al director que se esforzara en un libreto que lo hiciera resurgir justo al final de su trayectoria. Por las fechas, se cree que el largometraje que Clint Eastwood dispensó habría sido The Short Night, un thriller romántico entre dos espías, el cual después fue archivado para siempre por el estudio.
La determinación de la compañía por no seguir adelante con el proyecto era sorprendente, debido a que se habían asegurado otras estrellas en el reparto tales como Walter Matthau, Sean Connery y Steve McQueen.
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Diez años después, Hitchcock falleció y la ilusión de haber tenido a Clint Eastwood en su set nunca se cumplió. Actualmente, la unión de dos nombres de tanto peso en el séptimo arte es tan solo una anécdota bien narrada que nunca llegó a materializarse.