Mujer bonita se convirtió, en muchos sentidos, en la historia de princesas del siglo XX y cambiaría varios conceptos al momento de su lanzamiento. Por ejemplo, revolucionó la industria del cine para la época, debido a que ayudó a que se hiciera todo tipo de debates acerca de feminismo o machismo.
"La forma en que actúa la protagonista es bastante feminista, especialmente para la época: una mujer sexy y empoderada de la manera en que Vivian lo es no es algo que hayamos visto mucho en las películas de aquella época", dijo la teórica Roxane Gay, autora del libro Mala feminista.
Pero la influencia de la película no fue solamente social, sino también en las pantallas. Julia Roberts logró su segunda nominación al premio Oscar cuando tenía solamente 23 años, convirtiéndola en una promesa de la actuación, lo cual reafirmó más adelante con su trayectoria.
Buena Vista Pictures
Richard Gere, uno de los grandes galanes de Hollywood en ese momento, fue el co-estelar de la mencionada artista.
La combinación de ambos talentos hizo que se convirtieran en una pareja de ensueño por años para la audiencia, logrando así la meta de su director, Gary Marshall. "Mi visión de la película era una combinación de cuentos de hadas: Julia era Rapunzel, Richard era el Príncipe Encantador (de Cenicienta) y hasta Héctor Elizondo era el Hada Madrina", expresó en su momento el cineasta.
Sin embargo, como se trata de un gran clásico del séptimo arte, muchas personas la han visto tantas veces que han pasado por alto muchos detalles importantes que, si se consideraran, harían que la historia pudiera apreciarse de otra forma totalmente distinta.
El easter egg mejor guardado de 'Mujer bonita'
Cuando el filme está en el minuto 32, ocurre una de las escenas más icónicas de la producción. Vivian y Edward (los personajes principales) se encuentran desayunando y mientras él lee el periódico, ella toma un croissant, le da un mordisco, habla un poco con la boca llena y pasa algo sorprendente.
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Se cambia el plano nuevamente al empresario por unos segundos, pero cuando se coloca una vez más a su acompañante, ya no trae más un croissant sino una torta en sus manos. Aunque fue un leve detalle, puede parecer que ambas escenas fueron grabadas en momentos distintos o todos en el set tuvieron un fuerte lapsus.