Netflix vuelve a apostarle a sus fórmulas infalibles para lograr tener las mejores cifras posibles en cuestión de audiencia. Si bien se mantiene firme en la punta como la plataforma de streaming con más suscriptores, superando la barrera de los 260 millones de usuarios, quiere conservar tal estabilidad.
Para lograr ese cometido, ha puesto en su catálogo algunas producciones que contienen los elementos que ya les han funcionado una y otra vez. Por ejemplo, algo que atrae mucho al público, demostrado por el rating, son aquellos títulos que tienen que ver con crímenes.
Bebé reno o El caso Asunta fueron dos proyectos que se robaron la atención en 2024 por retratar atroces acontecimientos que ocurrieron en la vida real. Mientras el primero sigue el acoso que sufrió un comediante británico por parte de una mujer mayor, el segundo revive cómo una niña fue brutalmente asesinada, presuntamente, a manos de sus propios padres adoptivos.
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Ahora, un efecto similar es el que ha tenido Los colores del mal: rojo, que desde que se estrenó (26 de mayo de 2024) se ha convertido en la película más vista de todo el servicio de video por demanda en Colombia.
¿De qué se trata 'Los colores del mal: rojo'?
El largometraje de origen polaco es basado en el libro homónimo de la escritora de la misma nacionalidad, Małgorzata Oliwia Sobczak. Tal obra es la primera parte de una trilogía, a la que le siguen otras dos obras llamadas Blanco y Negro.
En cada entrega, el color en el nombre representa emociones, efectos visuales y también elementos físicos tanto en el entorno, como en los personajes, jugando con la psicología de los lectores o espectadores.
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“Dos mujeres aparecen asesinadas en las mismas circunstancias con 15 años de diferencia. El fiscal Bilski tendrá que encontrar qué las une y descubrir la verdad más cruel”, dice la sinopsis oficial del filme.
Más allá de lo que se lee en la descripción, también se tocan temas como la violencia sexual o las problemáticas sociales que hay en la vida nocturna de las calles europeas, situaciones que han sido invisibilizadas poco a poco.
Por la crudeza de su narración, los espectadores se han preguntado si se trata de una historia centrada en hechos reales, pero la respuesta es que no. Todo lo que ocurre en Los colores del mal: rojo es producto de la ficción.