Aunque hacer una película de terror no parecía su fuerte, Sydney Sweeney comenzó a preparar una producción de ese estilo hace más de una década. Cuando todavía era una adolescente, cautivó al estudio encargado y decidieron que, fuese cuando fuese que el proyecto viese la luz verde, ella debía protagonizarlo.
Se trata de Inmaculada, la nueva sensación del género en la cartelera internacional. En Colombia, el largometraje estará disponible en las salas a partir del 11 de julio con la promesa de espantar a todos los que vayan a verla.
Su sinopsis la describe de la siguiente manera: "Cecilia (Sydney Sweeney), una monja fervientemente devota, se aventura hacia un remoto convento en la campiña italiana en busca de la consagración espiritual. Sin embargo, lo que inicialmente prometía ser un encuentro espiritual se transforma en una oscura y aterradora pesadilla. A medida que explora los pasillos y los rincones ocultos del convento, Cecilia descubre secretos siniestros y horrores indescriptibles que desafían toda lógica y razón".
Black Bear Pictures
La gran curiosidad de 'Inmaculada' con Sydney Sweeney
Pero si bien su trama no es un misterio, lo que sí sorprendió a la audiencia fue un par de cameos ocultos. Nada más y nada menos que las abuelitas de la protagonista estuvieron en el filme interpretando a dos monjas.
“Las llevé a Italia y pudieron visitarme en el set. Las hice extras como monjas“, dijo Sweeney a The Today Show. “Y luego las llevé al estreno en Los Ángeles. Estaban muy emocionadas“, agregó.
Así las cosas, determinó que, sin duda, "ha sido el mejor regalo de la vida” para sus abuelas. Ellas no conocían Europa y Sydney Sweeney las sorprendió con un viaje. “Nunca habían estado en Europa. El sueño de mi abuela era ir a Italia, nunca había salido del país antes, así que las sorprendí, las llevé allí y las dejé ser extras en la película“, siguió diciendo.
The Today Show
“Mi bisabuela tenía esta hermosa casa; era una casa bonita de dos dormitorios. Mi abuela nació en ella. Mi mamá nació en ella, y luego, a medida que los niños crecían, construyeron otra casa en la propiedad”, dijo Sweeney a Clarkson. “Y cuando mi bisabuelo falleció y mi bisabuela envejeció, simplemente no podían permitirse mantenerla más (…) después llamé a los propietarios y les dije: ‘Quiero comprar la casa de mi bisabuela de vuelta'”.