‘Bridgerton’: La historia detrás de la reina que aparece en la serie de Netflix y existió en la vida real
Sebastian Hernandez
Sebastian Hernandez
-Periodista
Especialista en Cine, Televisión, Videojuegos u otros elementos importantes del entretenimiento.

'Bridgerton' mostró a una monarca que no es sacada de cuentos de hadas, sino de libros de historia. Así fue su vida

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Bridgerton se ha convertido en una de las historias más conmovedoras para ver hoy en día en plataformas de streaming. La primera parte de su tercera temporada se estrenó el 16 de mayo y ya se convirtió en lo más visto de Netflix desde entonces.

Cabe mencionar que la trama deriva del argumento de los libros que llevan el mismo nombre. Sin embargo, los protagonistas fueron una invención, mas no personas reales. Salvo con algunas excepciones que te explicaremos a continuación.

¿Los personajes de 'Bridgerton' existieron en la vida real?

En ese sentido se puede decir que sí, es una de las pocas excepciones que tiene la producción en la que se mostraron personajes reales que existieron en la historia y no creados totalmente por la autora de la saga literaria, Julia Quinn.

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La reina Charlotte, de 'Bridgerton', en realidad sí existió

La reina Charlotte, que es interpretada en su juventud por India Ria Amarteifio en el spin-off que tuvo el personaje y por Golda Rosheuvel en las tres temporadas que van de Bridgerton, fue la gobernante del Reino Unido en la vida real del 8 de septiembre de 1761 hasta el 1 de enero de 1818. En ese lapso de tiempo, gobernó junto a su esposo, el rey Jorge III de Gran Bretaña.

Este último también tuvo una importante participación en las dos producciones mencionadas. Corey Mylchreest y James Fleet lo encarnaron en sus primeros años de vida, así como en la vejez, respectivamente.

Sin embargo, no todo lo que mostraron las ficciones acerca de estos monarcas fue real, puesto a que la autora de las novelas en las que se basaron tomó algunas libertades.

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El rey Jorge III no estaba loco

La reina Charlotte, cuyo nombre era Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, no era afrodescendiente. De hecho, era una de las herederas del imperio alemán y todo su linaje provenía de la casa de Hannover.

Asimismo, su marido no estaba loco, aunque sí sufría de porfiria, que es un defecto del metabolismo de la molécula de los glóbulos rojos, que se encargan de transportar el oxígeno.

Por esta condición, el soberano sufría de alucinaciones y confusión mental, pero pudo gobernar sin mayor dificultad en uno de los momentos más críticos de la historia de su pueblo. “El reinado de Jorge III de Gran Bretaña supuso la llegada de una cierta estabilidad a la corona”, explica la doctora en Historia Moderna por la Universidad de Navarra, Rocío García-Bourrellier a El País.

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