Sin sombra de dudas, uno de los grandes galanes hispánicos del momento es Arón Piper. Con tan solo 27 años, el nacido en Berlín, pero criado en España toda su vida, ha robado suspiros por sus candentes papeles en producciones como Élite, Fatum, Sayen y más recientemente en la nueva película de Netflix, El Correo.
Sobre esta última, su sinopsis oficial la describe como un "thriller de alto voltaje con tintes de comedia negra inspirado en hechos reales cuya historia se entrelaza con los momentos más emblemáticos de la historia reciente".
Además, acerca de su historia se sabe que está ambientada en "el año 2002. España entra en el euro. Es tiempo de oportunidades, para los listos. Como Iván, un chaval de Vallecas al que su barrio se le queda pequeño".
Netflix
Iván, que es el personaje de Piper, "trabaja como valet en un lujoso club de golf de la capital, pero pronto dará un gran paso: se convierte en correo belga para una organización internacional dedicada al blanqueo de dinero, y empezará a transportar maletines rumbo a Bruselas y Ginebra. El dinero negro fluye en la Costa del Sol. Empresarios de la construcción, políticos corruptos, banqueros, deportistas, la mafia china. Iván mira a lo más alto y quiere su parte del pastel. Aunque no tenía nada, se atrevió a tenerlo todo. Hasta que todo explotó".
Aunque este papel ha hecho que Arón Piper vuelva a ser considerado como el gran sex symbol español y si bien ha estado con divas como Jessica Goicoechea o Dua Lipa, no todo es color de rosa para él.
¿De qué sufre Arón Piper?
De acuerdo con lo que confesó en El Hormiguero, el artista padece de discalculia. "Es una especie de dislexia con los números", explicó de manera castiza en el programa de televisión.
El Español
Asimismo, comentó que, como el otro 5% de la población mundial que vive con este trastorno, fue víctima de bullying más de una vez.
De la misma manera, explicó cómo es para él llevar a cabo una operación matemática o hacer un cálculo. Lo que para muchos es algo básico, para él puede ser toda una odisea.
“Me imagino que todo el mundo hace unos movimientos en su cabeza para calcular lo que yo no hago. Yo haré otras cosas, doy mil vueltas, pero no llego al objetivo”, agregó.