Para nadie es un secreto que el cine colombiano va encontrando su zona de acción en medio de las nuevas narrativas cinematográficas que lideran en la industria. Las exigencias del medio y de las audiencias sugieren una capacidad adaptativa casi que inmediata en todos los frentes, y muy pocos cineastas son los que asimilan estas nuevas demandas. En un tiempo en el que las historias requieren ser cada vez más mejor contadas, son contadas las cintas que logran impactar en la memoria del espectador, y ese es el caso de la ópera prima del director Julián Díaz Velosa, cuya propuesta, además de acertada, es más que arriesgada.
'Somos Ecos' es un audaz intento de mirar la guerra desde una perspectiva centrada en la humanidad, y no en los extremos ideológicos. Se nos presenta como una película de acción, aunque lo primero que podemos llegar a pensar es que se trata de otra película más sobre el conflicto armado en Colombia. Por fortuna, el filme cumple con lo que promete.
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La premisa es poderosa: en medio de la vorágine bélica, todos somos enemigos ante los ojos de la guerra. La cinta nos sitúa ante la historia de tres jóvenes cuyas vidas se entrelazan en una trama apasionante y tensa. Un chico rebelde, fanático del punk, un guerrillero infiltrado y una campesina reclutada se ven arrastrados hasta el campo de batalla. La amistad, la traición y el amor se entrelazan en el calor del fuego mientras luchan por sobrevivir en un escenario donde se ven forzados a ser tanto víctimas como victimarios.
En 'Somos Ecos' asistimos a la transformación de estos jóvenes atrapados en el ciclo interminable de la violencia. En una búsqueda continua de reconciliación y segundas oportunidades, los personajes buscan cambiar su destino y ser vistos de manera diferente en un mundo que los juzga. La película resalta la necesidad de hablar antes de disparar, de encontrar una voz distinta que resuene en un eco de libertad.
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Uno de los puntos más altos de la película es la ambientación. Contrario a otras cintas que han abordado el tema de la guerra entre las fuerzas armadas y las guerrillas en Colombia, 'Somos Ecos' consigue adentrarnos en un escenario que va más allá de la selva o el monte. El espacio es más que físico, en realidad, pues constantemente nos estamos moviendo a merced de los pensamientos de los protagonistas, sus angustias y anhelos.
La fotografía y la música resaltan, siendo ambas de una ambición artística notable. Las actuaciones convencen, aunque hay algunos diálogos que parecen impostados. Digo yo que si hablas como un colombiano promedio, ciertas expresiones no te cuadran, pero eso ya lo juzgarán ustedes.
La historia es intensa de principio a fin. Si lo que querían era lograr un relato capaz de mantener la atención del espectador, escarbar en su ansiedad y dejarlo pensando respecto a la verdad sobre la guerra, entonces se han salido con la suya, porque 'Somos Ecos' es tanto una buena película de acción como un gran relato histórico de nuestros años más turbulentos.
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El equipo detrás de la cinta incluye a nombres como Etienne Boussac y Alejo Alas, y el elenco está encabezado por jóvenes actores como Sebastián Velásquez, Felipe Villamil y María Luisa López. Además, cuenta con la presencia de actores un poco más experimentados como Liliana Calderón y Sharon Guzmán, conocidas por sus roles en populares series de televisión y streaming.
El filme, que llegará a las salas de cine el 17 de agosto, consiguió el reconocimiento a "Mejor Película" en el Festival Internacional de Cine de San Diego, en California. Tras once años de trabajo, 'Somos Ecos' logra capturar la complejidad de la sociedad colombiana contemporánea. En medio de la acción y la tensión, la historia nos invita a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la guerra y a reconocer nuestra humanidad en medio de ella.
Si este fue el debut de Díaz Velosa, no imagino cómo será su carrera de aquí en adelante, porque el listón se lo ha puesto bastante alto. La película cumple de manera atinada, más allá de uno que otro desliz, y logra eso que tanto queremos en un filme, que se quede con nosotros aún después de haberse acabado.