Una de las producciones más recientes de Netflix, en el terreno de las miniseries documentales, cuenta la historia de un asesino serial en España durante los primeros años de la década del 2000. Con una narrativa inquietante te principio a fin, en apenas tres capítulos, esta producción te quita el aliento y hasta te da pesadillas en la noche.
Se trata de 'Baraja: La firma del asesino', producida por Cuarzo Producciones. La docuserie cuenta cómo se fraguó el último asesino en serie de Madrid en el año 2003, un caso que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de ese país.
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Para no hacerte spoiler, no diré el nombre del personaje, pues no se nos revela sino hasta los últimos minutos del segundo episodio, así que mejor hablaré del asesino sin más. Su modus operandi consistía en identificar sus crímenes con naipes de copas de la baraja española. Durante varios meses sembró el pánico y el terror en la capital del país, en uno de los años más oscuros marcados por el índice de criminalidad más alto de la historia reciente de España.
La serie documental disecciona el caso de este oscuro personaje, revelando elementos hasta ahora desconocidos, y nos muestra cómo el fenómeno mediático que generó eclipsó a las verdaderas víctimas.
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El equipo de investigación detrás de la miniserie logró acceder a testimonios y pruebas excepcionales, incluyendo material inédito. Una de las características destacadas de esta producción es que, por primera vez, da voz a los supervivientes, reivindicando su lugar en la historia y permitiendo que cuenten cómo vivieron aquellos hechos que marcaron sus vidas para siempre. Esta inclusión de testimonios inéditos aporta un enfoque humano y conmovedor al relato, recordándonos que detrás de cada caso de asesinato hay personas que han sufrido un dolor inimaginable.
La miniserie ha recibido críticas mixtas desde su estreno. Algunos la elogian como un documental interesante que atrapa desde el primer minuto, mientras que otros la critican por su falta de conciencia crítica y su enfoque en el morbo barato. A pesar de las opiniones encontradas, 'Baraja: La firma del asesino' ha logrado mantener la atención del público y ha generado una discusión sobre cómo la sociedad y los medios de comunicación reaccionan frente a casos de asesinos en serie.
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'Baraja: La firma del asesino' ha surgido luego de un proceso de producción e investigación exhaustivo que duró cerca de dos años. Más de 60 horas de grabación y más de 20 entrevistas a figuras clave del caso, como periodistas, abogados, supervivientes y familiares, dieron forma a lo que vemos en la pantalla.
En lo que a mí concierne, la producción es de altísimo calibre. La forma en que, poco a poco, te van llevando a la resolución del caso es muy diferente a lo que uno normalmente ve en documentales de este tipo de temas. La narrativa aquí es como la de un thriller, a tal punto que se te pone la piel de gallina mientras asistes a los testimonios de las personas afectadas y vas entendiendo que esto puede sucederle a cualquier persona, en cualquier momento.
La duración de cada episodio es más que precisa, y no hace falta que sean más de tres. De hecho, la división de los mismos está muy bien planeada, como si fueran actos: 1. Un as de copas; 2. Tokarev; 3. ¿Solo un asesino?
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La música, la fotografía y la ambientación son excelentes. No conocía trabajo alguno de Amanda Sans como directora, pero con lo que ha hecho aquí me basta y me sobra para querer seguirle la pista. En definitiva, 'Baraja: La firma del asesino' es una miniserie redonda.
Así que, si te interesan este tipo de producciones sobre crímenes reales con un enfoque más humano, entonces, esta es una opción que no puedes pasar por alto.