'Oppenheimer': El último knockout de Christopher Nolan
Santiago Díaz Benavides
Lector adicto, miope curioso y cinéfilo. Una vez tuve una columna de cine que nadie leyó. Todos dicen que me parezco a El Profesor.

La cinta más reciente del también director de 'Interestelar' y 'El origen', protagonizada por Cillian Murphy, es sin lugar a dudas una de sus más grandes piezas.

Película Oppenheimer, dirigida por Christopher Nolan

Fueron varias semanas las que pasamos leyendo cuanto contenido se nos atravesaba al respecto. Y tanto ruido hicieron con la película que, obviamente, había que intentar verla el mismo día del estreno. Cuando entré a revisar en la web si aún quedaban entradas para las funciones del 20 de julio, casi todas las salas estaban completamente llenas. A último minuto encontré una en la que aún había un par de buenos asientos y en lo que me tardé en llegar al sitio, alguien más los tomó.

Ni modo, no pude verla ese día, pero logré las entradas para el día siguiente y ese jueves no quise leer nada sobre la película, ni averiguar cómo le había ido en su primer día de taquilla con respecto a 'Barbie', su rival directa y, más tarde, su más grande aliada. Tuve que escribir alguna nota sobre cuál sería la película que mejor paso tendría durante su primer fin de semana, pero más allá de eso, estuve ciego y sordo ante cualquier otra cosa que pudiera decirse al respecto.

Ese día me lo pasé envuelto en la más intensa ansiedad. No veía la hora de estar en la sala. Cuando finalmente llegó el momento fue como una detonación, literalmente. Algo adentro de mí explotó y el resto del tiempo fue puro estallido.

Desde los primeros minutos, la atención es total. Aparece el rostro de Cillian Murphy y ya es imposible dejar de verlo. A todas partes lo seguimos, percibimos sus inquietudes y motivaciones, las hacemos nuestras, así como sus preocupaciones. Todos sabemos para dónde va el asunto, pero queremos vivirlo igual, con él, ahí.

Universal Pictures

No son solamente sus diálogos, también sus gestos y la manera como expresa cada cosa que dice, hace y siente. Ya sabía yo que Murphy es un gran actor, pero lo que aquí consigue es, simplemente, surreal. El retrato de su personaje es total.

Y si de actuaciones hablamos, definitivamente el tremendo elenco que reunió Christopher Nolan no podía hacer nada distinto a destacar. Hasta la aparición más insignificante, la que parecería tener menos trascendencia, es deslumbrante.

Vamos a ver... El de Robert Downey Jr. probablemente sea el papel que lo lleve a obtener su primer premio de la Academia; Matt Damon, pese a que algunos piensan que habitualmente actúa de lo mismo, se mete en la piel de Leslie Groves y le da su propio toque con muy buen tino; Florence Pugh te pone la piel de gallina con meras sutilezas; Emily Blunt es la puta ama, no hay otra forma de decirlo; y ni hablar de Kenneth Branagh, Tom Conti y Gary Oldman, que aparecen poquito, pero lo dan todo.

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No puedo olvidar destacar a Dane DeHaan, que ya sabe más que nadie demostrar en la gran pantalla que se puede interpretar a un lamesuelas sin tener que decir mucho. Y por ahí también se asoman Ben Safdie, cuyas glándulas sudoríparas terminan marcando la acción de las nuestras durante toda la película; Jason Clarke, que de abogados corruptos nos deja agotados con sus miradas y comentarios solapados; Rami Malek, que con la simple mirada ya te dice que no está ahí porque sí, y el maldito de Casey Affleck a quien le bastan no más que un par de diálogos para hacer la del gran bastardo, y lo respetamos por ello.

El casting de la cinta es magistral, sin duda. No tiene de dónde o cómo discutirse. Y ya con eso, el resto fluye. Como en todas las películas de Nolan, la música es vital. Alguien dijo en Twitter que 'Oppenheimer' es innecesariamente larga y que agota, pero yo opino lo contrario. La música es fundamental para que ese ritmo se mantenga arriba. No es lo que pasa, por ejemplo, con las películas largas de Scorsese, que tienen picos altos y bajos. Aquí es puro frenesí. Hasta el momento más pausado, va a mil por hora, y se justifica.

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La fotografía, el vestuario, las locaciones, y hasta los objetos sobre las mesas. Cada detalle cuenta y en esta película hasta la roca que aparece en el suelo tiene un rol importante. Ya hemos visto que con Nolan no hay cabos sueltos y en 'Oppenheimer' no es la excepción.

Si bien la cinta surge a partir del libro "Prometeo americano", la biografía más completa de J. Robert Oppenheimer, no se trata de una adaptación, y el guion tiene la libertad de moverse en las mejores direcciones. Una vez más, Nolan acierta en sus elecciones para contar la historia.

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Uno sabe bien que la película dura poco más de 3 horas, pero la cantidad de minutos no son, en ningún pasaje, un saco de fuerza. Si uno estuvo atento durante todo el recorrido, al final se siente como si el tiempo se hubiese ido volando. Y ya que hablo de final, qué lujo de cierre el que tiene esta película.

Vuelta de tuerca incluida para quienes no conocen de antemano la historia del científico detrás de la bomba atómica y una reflexión magnífica, no con el ánimo de dejar enseñanza, acerca de los límites de nuestras creaciones y los intereses de nuestras naciones.

Para muchos, 'Oppenheimer' es la obra maestra de Christopher Nolan, y pese a que tengo mis reservas, pues atesoro un poco más alguna de sus otras cintas (no me detesten si no les gustó 'Interestelar'), con el correr de los días voy aceptando la posibilidad. Más allá de eso, no hay duda alguna de que esta es una de las películas del año y, quizá, una de las cintas más ambiciosas del último quinquenio. Dicho de otro modo, la película es, con todo y sus milimétricos errores, todo un knockout.

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