Solo quienes lo presenciaron pueden dar cuenta de lo que significó realmente aquel momento. A los demás, la magia nos ha llegado por herencia, o porque alguien más nos lo contó, o porque hemos visto el gesto, el instante preciso, en alguno que otro video.
Cuando Michael Jordan tomó el balón en sus manos, aquella noche de junio de 1998, los Utah Jazz superaban en el marcador a los Chicago Bulls en el sexto juego de las Finales de la NBA. La tensión de los fanáticos estaba por el techo y si había alguien en quien confiar en un momento así, ese era Jordan.
A nadie más que a él podía caerle esa pelota. Bastarían apenas unos segundos para que el hombre que ya era una leyenda se hiciera para siempre inmortal.
SensaCine
Apenas un punto de diferencia les llevaban los Jazz a los Bulls, y faltando 20 segundos para que se terminara todo, el juego, la temporada, y un equipo entero, Jordan tomó toda la furia que tenía contenida por lo que parecía ser un campeonato más que se le escapaba, se los cargó a todos y saltó como nunca antes.
"The Last Shoot", así le llamó la prensa al magnífico tiro con el que Michael Jordan le dio el cierre perfecto a una época brillante del baloncesto norteamericano.
Él fue, una vez más, el héroe de la noche, pero a diferencia de las otras, su nombre no era el único que resaltaba. Aquella generación de los Bulls fue la más combativa y talentosa que los fanáticos han visto. Después de ellos, nada ha sido igual.
Hablamos de jugadores de la talla de Scottie Pippen, Toni Kukoc, Ron Harper, Luc Longley, Scott Burrell, Steve Kerr y Dennis Rodman, entre otros, todos dirigidos por el legendario Phil Jackson.
Lo que consiguieron en su momento fue magnífico y a día de hoy siguen siendo uno de los mejores equipos de la historia de la NBA.
Netflix
Conociendo el camerino de los Bulls
Hace tres años, en abril de 2020, Netflix lanzó una miniserie documental sobre este equipo de los Chicago Bulls. En tan solo diez episodios, casi todos de la misma duración, nos permitieron conocer la historia detrás de sus triunfos.
Titulada 'The Last Dance', la producción dirigida por Jason Hehir, se remonta al otoño de 1997, cuando Michael Jordan y los demás jugadores del equipo, incluyendo al coach Jackson, permitieron que un equipo de filmación los acompañara a lo largo de la temporada, mientras buscaban hacerse con su sexto título de NBA.
El resultado de dichas filmaciones es lo que vemos en la pantalla, complementado con imágenes de los equipos precedentes y los testimonios de sus protagonistas.
Si antes creíamos que Jordan era magnífico, después de ver esta miniserie confirmaremos que se trata de uno de los deportistas más letales de la historia, no solo de Estados Unidos, sino del mundo entero. Su entrega y profesionalismo, así como lo perfeccionista que siempre ha sido, es algo que admiraremos para siempre.
Además, la narrativa, la fotografía y la música, hacen de 'The Last Dance' una pieza del más alto calibre. No estaría mal repetirla en esta ocasión, con el ánimo de rememorar aquella jugada que ya cumple 25 años y que, después de tanto tiempo, sigue poniéndonos la piel de gallina.