Desde su estreno mundial, Super Mario Bros se ha convertido en la película más taquillera de lo que va de 2023. Protagonizada por Chris Pratt como Mario, Charlie Day como Luigi y Anya Taylor-Joy como la princesa Peach, esta adaptación cinematográfica ha roto varios récords. A pesar de las críticas negativas recibidas, los fanáticos de Nintendo se encuentran muy contentos y satisfechos con esta nueva versión de la historia.
Dentro de todos los comentarios y discusiones que la cinta ha provocado en Redes Sociales, llamó la atención una queja hecha por una madre en sus stories que acusó a la película de ser excesivamente violenta para niños menores de 7 años. Hecho que resulta curioso en la medida en que, por ejemplo, los cuentos infantiles como los recopilados por los Hermanos Grimm son aún más traumáticos.
Illumination / Facebook
La madre publicó en sus historias que la película fue una gran decepción para ella y sus hijos, quienes apenas aguantaron 15 minutos de proyección. La señora se quejó de varias cosas, incluyendo que Bowser (interpretado por Jack Black) derritiendo el castillo de hielo y la separación de Mario y Luigi fueron eventos traumáticos para niños menores de 7 años. Además, expresó su preocupación por la normalización de la violencia en el cine para niños y sugirió que se debería evitar este tipo de exhibiciones en películas dirigidas a un público joven.
La madre comparó la película con la traumática muerte de la mamá de Bambi, y criticó a los adultos por llevar a niños pequeños a ver este tipo de películas. Según ella, la trama no fue fácil de digerir, ya que sus hijos comenzaron a llorar por las atrocidades del rey de los Koopas en apenas unos minutos de la película. La madre cuestionó si la película realmente merecía tanto drama por parte de sus hijos. Además, aprovechó la oportunidad para señalar que la cinta era en gran parte un producto de marketing para promocionar el parque temático de Universal Studios.
Esto último es una obviedad que demuestra la naturaleza del comentario; sin embargo, si propone una discusión sobre hasta qué punto los padres deberían evitar, o no exponer a sus hijos ficciones que representen escenarios crueles y difíciles.