Entender la “Violencia” en Colombia a través de 'Cóndores no entierran todos los días'
Fatsugard
Fatsugard
-Colaborador
De los noventa con amor. Colecciono figuritas de villanos y escribo teorías sobre los memes. El cine me educó.

Aunque se han hecho pocas películas sobre la conocida época de "La Violencia" en Colombia, con 'Cóndores no entierran todos los días' se pueden hacer una idea.

RTVC Play

A menudo se afirma, con cierta vehemencia, que el destino nacional está sellado por la violencia. Se dice, además, que los diferentes conflictos armados que hemos atravesado a lo largo de nuestra historia tienen sus raíces en los mismos problemas. Y seguramente así sea. Pero más allá de eso, la relación entre ideología, identidad y posesión de la tierra es prácticamente el problema del asunto. 

Esta disputa estructural de la distribución de poder ha tenido momentos muy álgidos como al que se le conoce como “La Violencia”; este periodo histórico fue la suma de muchos tipos de violencia perpetrada a través de la idea de la eliminación del bando político contrario. El 9 de abril de 1948, con el asesinato del candidato presidencial Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, el conflicto se agudizaría. Desde entonces y por un periodo de más de 10 años, las tensiones entre liberales y conservadores se agudizarían.

Aunque el cine colombiano parece volver insistentemente al tema del conflicto interno, sobre la época de “La Violencia” hay pocas películas. No obstante, la película Cóndores no entierran todos los días que es una adaptación de la novela homónima del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal y está basada en la historia real de León María Lozano, alias "El Cóndor", es un buen ejemplo para dimensionar los hechos de aquella época.

La película, disponible gratis en RTVC Play, retrata con crudeza la violencia, el terror y la corrupción que imperaba en la Colombia de los años 50, y cómo la política se convirtió en una actividad violenta que estaba al margen de la ley. Lo que parece una radiografía para entender la naturaleza de ese conflicto y el absurdo que representa.

Al final, lo que podemos comprender de dicha historia es la manera en que la ideología convirtió hombres y mujeres de una comunidad en enemigos a muerte los unos con los otros, y profundiza en el hecho de lo mucho que nos falta como sociedad. Además, enmarca en una historia real y cruda las grietas que entre pares hemos construido en ese país.

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