
La figura central del drama Succession es Logan Roy, interpretado por el increíble Brian Cox. Logan es el patriarca de los Roy y encarna el poder desmedido y obsceno de un multimillonario al que no le importa nada más que la protección del poder por el poder mismo. Capítulo tras capítulo, demuestra su ambivalente moral en el universo de la serie.
Como figura paterna, Logan encarna ciertas características asociadas con este arquetipo, como el poder, la autoridad, la protección y la responsabilidad. Es un hombre extremadamente poderoso y exitoso en los negocios, que ha construido un imperio de medios de comunicación que domina el mercado. Su autoridad es incontestable dentro de su familia y su empresa, y sus hijos dependen de él tanto financieramente como emocionalmente.
El personaje de Logan es complejo, y es difícil determinar si es un villano o un antihéroe. Por un lado, su carisma y su capacidad para liderar lo hacen admirable, y su éxito es innegable. Por otro lado, su falta de ética y su crueldad pueden hacerlo difícil de querer.
Sin embargo, en el segundo capítulo de la cuarta temporada, vimos a Logan tratando de enmendar la relación con sus hijos. El problema radica en sus motivaciones; su interés no es más que tener la razón. Así, volvimos a ver a un Saturno capaz de devorar a sus hijos bajo la premisa de que solo se trata de negocios. Quizá esto es lo interesante de la serie: somos testigos de lo que el poder hace en las personas y nos alejamos de las ganas de tenerlo.
Seguramente el desenlace de esta historia será trágico y quizá todo termine en un parricidio simbólico, o la desgracia del poder caerá sobre todos los Roy.