La película dirigida por Walter Salles triunfa en los Premios Oscar 2025 y coloca a Brasil en la lista de países con estatuilla en esta categoría.
Brasil ha escrito una nueva página en la historia del cine al ganar, por primera vez, el Oscar a la Mejor Película Internacional con Aún estoy aquí. La cinta de Walter Salles, que narra la lucha de Eunice Paiva por obtener justicia tras la desaparición de su esposo durante la dictadura militar brasileña, se ha convertido en un fenómeno global. Su victoria no solo celebra el talento cinematográfico del país, sino que también lo coloca como el cuarto en Latinoamérica en recibir esta distinción, junto a Argentina, México y Chile.
Cuando Penélope Cruz anunció el galardón en la 97.ª edición de los premios de la Academia, la reacción en Brasil fue inmediata. "Gracias en nombre del cine de Brasil", declaró Walter Salles al recibir la estatuilla, dedicándola a Eunice Paiva y a las actrices que la interpretaron, Fernanda Torres y su madre, Fernanda Montenegro.
El triunfo de Aún estoy aquí se cimentó en un recorrido triunfal por festivales internacionales. La película ya había conquistado el Goya a Mejor Película Iberoamericana y el premio al Mejor Guion en el Festival de Venecia. Su impacto también se sintió en la taquilla, con más de cinco millones de espectadores en Brasil.
El filme se basa en el libro de Marcelo Rubens Paiva, hijo de Rubens Paiva, exdiputado brasileño secuestrado y asesinado en 1971. Su narrativa, que explora el duelo, la memoria y la lucha por la justicia, ha sido descrita por el New York Times como "bella y devastadora". El director mexicano Alfonso Cuarón también elogió la película, destacando su capacidad para "anclar y elevar al espectador con una fuerza invisible, pero innegable".
Brasil había estado cerca de la victoria en varias ocasiones, con filmes como El pagador de promesas (1962) y Central do Brasil (1999). Sin embargo, la estatuilla se les había escapado hasta ahora. Con este logro, Aún estoy aquí marca un antes y un después en la cinematografía brasileña, consolidándola como una potencia en la escena internacional.
El reconocimiento de la Academia a esta obra también resuena más allá del cine. La película ha avivado el debate sobre la memoria histórica en Brasil, un tema que sigue generando controversia. Con este Oscar, Brasil no solo celebra un hito cinematográfico, sino que también recuerda que, a través del cine, la memoria y la verdad pueden seguir vivas.