
En el año 2000, cuando las adaptaciones de videojuegos y juegos de mesa al cine estaban en pleno auge, llegó a las carteleras una película que pretendía llevar al cine un mítico juego de rol. Lo que nadie esperaba es que se convertiría en uno de los mayores fracasos de la historia reciente.
'Dungeons & Dragons', un fracaso inesperado

Dirigida por Courtney Solomon, la película nos transporta al imperio de Izmer, donde la princesa Savina se niega a entregar su cetro al malvado Profion. En medio de este conflicto, dos ladrones, Snails y Ridley, junto con Marina, una novata de la Congregación de Magos, emprenden una aventura para salvar su mundo guiados por un antiguo manuscrito.
El elenco parecía prometedor sobre el papel: Justin Whalin, Marlon Wayans, Thora Birch y Jeremy Irons. Sin embargo, ni siquiera la presencia de estos actores pudo salvar una producción que, con un presupuesto de 45 millones de dólares, apenas recaudó 34 millones en todo el mundo.

La crítica fue implacable. En Rotten Tomatoes, la película solo obtuvo un 9% de críticas positivas. Por otro lado, Scott Foundas, de Variety, llegó a afirmar que "un episodio promedio de Xena o Hércules ofrece un espectáculo más convincente e imaginativo". Geoff Pevere, del Toronto Star, fue más allá al señalar que "la película tiene el aspecto barato de un programa que encontrarías en Space Channel a las 4 de la mañana".
Las críticas no solo se centraron en la calidad técnica y narrativa. El personaje interpretado por Marlon Wayans fue señalado de perpetuar estereotipos racistas, y la revista Empire la incluyó en el puesto 39 de su lista de las 50 peores películas de todos los tiempos.
20 años después, se repite la historia

Lo curioso es que este fracaso monumental sirve para resaltar el éxito crítico de la adaptación más reciente, Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves (2023). Esta nueva versión logró redimir la franquicia con una adaptación que respeta el material original, aunque irónicamente también enfrentó desafíos en taquilla, recaudando 208,2 millones de dólares con un presupuesto de 150 millones.
Con efectos especiales que parecían anticuados incluso para su época, actuaciones poco convincentes y un guion que no hacía justicia al rico universo del juego, la versión del 2000 representa todo lo que puede salir mal cuando se intenta llevar un juego de rol a la pantalla grande.

¿La lección aprendida? No basta con tener una historia popular y un presupuesto considerable; es necesario entender y respetar el material original. La versión del 2023 lo entendió, aunque el público no respondió como se esperaba en taquilla. Si tienes curiosidad por verla, está disponible en streaming en Mercado Play.