Clint Eastwood se hizo mundialmente famoso por esta película, pero en realidad la primera opción para interpretar el papel principal no era él
A comienzos de los 70, el wéstern lo era todo en el cine. Sí, se hacía comedia, drama, ciencia ficción y terror, pero nada llenaba tanto de satisfacción a aquellos que se encontraban trabajando en la industria como haber hecho parte de un filme del Lejano Oeste.
Por ese motivo, a John Wayne se le consideraba como el más grande actor del momento ya que era el rey del género. Río Bravo, True Grit, El dorado, The Searchers o The Shootist fueron algunos de los largometrajes que lo inmortalizaron por completo.
Ganó el premio Oscar en 1969 y estuvo nominado en otras dos ocasiones. Asimismo, recibió tres Globos de Oro, entre esos uno de honor. Muchos lo consideraban como el único gran vaquero de la pantalla grande.
Sin embargo, cuando su carrera ya se encontraba en un punto muy alto, llegó un joven dispuesto a cambiar las dinámicas de poder. Fue así que el mismísimo Clint Eastwood se convirtió en su principal contrincante.
En esa carrera que el público mundial disfrutó hasta más no poder, había seguidillas de producciones para ambos año tras año para demostrar quién era mejor. Por ese motivo, recibían muchos guiones para ver si participarían.
En ese sentido, en 1969 a Wayne se le buscó para un papel que jamás olvidó, que fue el de Harry en Harry el sucio. “¿Cómo dejé que esto se me escapara entre los dedos?”, comentó el artista en su libro biográfico John Wayne: A Giant Shadow.
Al no aceptar, el estudio buscó a Frank Sinatra, quien tampoco pudo por conflictos en su agenda.
De esta manera, el estudio llegó hasta Clint Eastwood, quien miró el proyecto con las más grandes expectativas y después de este su salto a la fama fue exponencial.
Dicen que trabajar con John Wayne es difícil
Por otro lado, aunque John Wayne es una leyenda del cine mundial, se ha dicho mucho de sí. Entre tanto, compañeros que tuvo en el set expresaron que era todo menos agradable tener que compartir grabaciones con él.
Lauren Bacall, una de sus colegas más queridas, recordó en The Hollywood Reporter que "a Don Siegel le decía cosas como: '¿A eso lo llamas actitud? ¿Qué clase de director eres? El Duque [apodo común de Wayne] quería dirigir la película. Fue difícil. Don fue un director maravilloso. Realmente me gustó la película (Al borde del abismo), después de todo, [John] era un hombre moribundo que hacía el último largometraje. En general fue una gran experiencia.”