No veas estas 4 películas de terror colombianas a solas y con la luz apagada
Angie Quiroz
Angie Quiroz
-Redactora
Me puedes decir Ang. Amo el drama en las películas y la vida real. Fan de las chicas súper poderosas del cine y la televisión. Sigo sin superar ‘Fleabag’ y ‘I may destroy you’.

El cine colombiano es más que comedias e historias ancladas en la violencia o el narcotráfico, también ha incursionado en el género del horror y estas películas son una prueba.

Radiónica

Colombia ha labrado su propio camino en el género del terror, con propuestas que aprovechan mitos, leyendas y realidades sociales del país para crear historias que persisten en la memoria de los cinéfilos.

A diferencia del terror de Hollywood, el cine de miedo colombiano suele apostar por la tensión psicológica, el folklore local y la exploración de traumas sociales, y estas cuatro producciones son prueba de ello. Todas con algo en común: demuestran que no hace falta un gran presupuesto para provocar pesadillas.

'El páramo'

Retina Latina

Dirigida por Jaime Osorio Márquez, El páramo se desarrolla en un remoto puesto militar en las montañas colombianas. Aquí, un grupo de soldados es enviado a investigar por qué se ha perdido contacto con la base. Al llegar, encuentran el lugar aparentemente vacío, excepto por una mujer encadenada a la que los anteriores ocupantes parecían temer.

La película juega con la ambigüedad: ¿realmente hay algo sobrenatural acechando a los soldados, o es el miedo mismo, alimentado por la paranoia y el aislamiento? Ahora, lo que hace a la película particularmente inquietante es su capacidad para crear una atmósfera claustrofóbica a pesar de desarrollarse en espacios abiertos. La niebla del páramo actúa como una presencia viva que aísla a los personajes no solo del mundo exterior, sino también de su propia cordura. ¿Suena aterrador, no?

'Carne de tu carne'

La Vanguardia

Dirigida por Carlos Mayolo, esta película se ha convertido en un clásico de culto del cine colombiano. Ambientada en 1956 durante el periodo conocido como "La Violencia", la trama sigue a una familia adinerada que se reúne tras la muerte del patriarca para discutir su herencia. Es durante este momento que, dos primos adolescentes, Alfonso y Margaret, empiezan una relación incestuosa mientras extraños sucesos comienzan a ocurrir en la hacienda familiar.

Lo que distingue a Carne de tu carne es su manera de entrelazar el horror sobrenatural con el comentario histórico y social. La película está impregnada de simbolismo: la sangre representa tanto los lazos familiares como la violencia política, mientras que el incesto funciona como alegoría de una clase social que se reproduce a sí misma, perpetuando sistemas de opresión.

'Satanás'

MUBI

Basada en la novela homónima de Mario Mendoza, que a su vez se inspiró en hechos reales, Satanás dirigida por Andrés Baiz quizás no encaje en la definición tradicional de película de terror. Sin embargo, pocos filmes colombianos han retratado el mal con tanta frialdad y precisión.

La película sigue tres historias paralelas en Bogotá: un vendedor ambulante, una maestra de escuela y un sacerdote, cuyas vidas se entrelazan con la de un asesino en serie. A diferencia de las otras películas de esta lista, Satanás no recurre a lo sobrenatural para generar miedo; en cambio, encuentra el horror en la naturaleza humana.

La película sugiere que el mal no es una fuerza externa, sino algo que existe potencialmente en cada persona, esperando las circunstancias adecuadas para manifestarse. Además, el clímax está basado en la masacre de Pozzetto, un suceso real ocurrido en Bogotá en 1986, lo que añade una capa adicional de perturbación al saber que este horror no es ficción sino una recreación de la realidad.

'Mi bestia'

Museo de Arte Moderno de Medellín

Mi Bestia se inspira en un evento real que sacudió Bogotá en 1996. En aquel entonces, un rumor desató una especie de histeria colectiva: se decía que el diablo aparecería el 6 de junio. A partir de ese clima de miedo e incertidumbre, la directora Camila Beltrán construyó una historia que suma otra perspectiva: la de una niña que atraviesa los cambios de la pubertad.

Interpretada por Stella Martínez, una actriz debutante, Mila encarna esa "bestia interior" que suele asociarse con la transformación de las niñas en la adolescencia, especialmente en sociedades donde la menstruación y la feminidad han sido malinterpretadas durante generaciones. Pero la película va más allá del viaje personal de Mila. El pánico colectivo y la profecía se mezclan con su historia personal, dando forma a un relato que combina varios géneros en un mismo largometraje.

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