Fue en 1989 que el ilustre mangaka Akira Toriyama tuvo la genial idea de reunir a unos guerreros espaciales que combatieran en contra de un conquistador interplanetario llamado Freezer. A la historia que hoy se le conoce como Dragon Ball, se le tiene en consideración como el anime más famoso de todos los tiempos.
Sus personajes son legendarios. Goku, Vegeta, Krilin, Bulma, el maestro Roshi o Gohan marcaron a toda una generación a finales de siglo XX, conquistando una audiencia tan vasta que la misma se hizo notar incluso a más de 35 años de su lanzamiento.
Tanto ha sido el auge que ha habido diseñadores que se han encargado de rediseñar a cada uno de los protagonistas en contextos diferentes. Por ejemplo, ese fue el caso de un artista conocido como @kenji_893 en redes sociales, el cual imaginó a los Androides 17 y 18 (que son hermanos en la trama) como si fuesen auténticos samuráis. Inclusive, le dio a cada uno katanas.
Si bien Dragon Ball está muy relacionado con el mundo oriental y algunos personajes conservan características culturales, otros van adelante con un aspecto o manera de ser muy de occidente. De hecho, fue esa mezcla cultural lo que le dio gran éxito mundial a la producción.
"Su argumento describe las aventuras de Goku, un guerrero saiyajin, experto en artes marciales que en su infancia inicia sus viajes y aventuras en las que pone a prueba y mejora sus habilidades de pelea, enfrentando oponentes y protegiendo a la Tierra de otros seres que quieren conquistarla y exterminar a la humanidad", menciona la descripción oficial.
Si bien el programa se lanzó en hace más de tres décadas, se ha mantenido vigente hasta el día de hoy. En parte, esa permanencia en lo más alto de la fama internacional se deba a que han sido diseñadas otras producciones que han funcionado como secuela, algunas canónicas y otras no, como Dragon Ball GT o Dragon Ball Super.
El gran fracaso de 'Dragon Ball' en el live-action
De hecho, Dragon Ball no siempre ha permanecido en el género de la animación sino que en 2009, Hollywood quiso apropiarse de tan valiosa propiedad intelectual japonesa, causando uno de los mayores desastres de la industria: Dragon Ball Evolution.
20th century Fox
Un presupuesto de 30 millones se gastó en una cinta que a duras penas pudo recuperar lo invertido, pasando directamente al olvido.